Diego Ventura regresa a Nimes, donde cortó cuatro orejas y un rabo en Pentecostés y demostró el gran momento que atraviesa. Su apuesta por la Casa Lozano le ha dado tranquilidad y una felicidad que transmite a diario, en una temporada muy regular en el triunfo, pero sobre todo de un paso más en su toreo, cargado de mayor riesgo, emoción, pureza y templanza. Y todo sin perder su arrebatadora personalidad.
- “Los Lozano están siendo la clave de mis triunfos. Estar con ellos me ha llevado a alcanzar la felicidad. Ahora me siento la figura que creo que soy”
EN LA CALLE: Vive por y para sus caballos, su mundo y su vida. Pero más allá del Diego Ventura rejoneador, hay un hombre cercano, afable y sincero como en los ruedos, que no duda en reconocer que vestirse de luces sería cumplir un sueño. No le cuesta hablar del dinero y desvela cifras desorbitadas en la compra y venta de caballos. Le encanta disfrutar de la velocidad y ahora mucho más con su nuevo Mercedes, su último capricho.

