Está ansioso por volver a torear. Hace dos meses que se cortó los tendones de la mano izquierda y desde entonces no ha vuelto a coger una muleta, esa muleta con la que este año ha firmado una de las temporadas más completas. Sólo las lesiones han podido pararle. La luz se ve al final del túnel, si todo va bien el 29 de este mes estará en Quito.
“He ganado mucho en seguridad. Me he notado más natural delante del toro y cuando hay esa naturalidad, el toreo surge”
“Estoy deseando que llegue la temporada americana. Llevo dos meses sin torear y se me está haciendo eterno”
Lea la entrevista completa en su revista APLAUSOS