Su nombre se está consolidando dentro del circuito estrella. Dos temporadas de alternativa le han otorgado a Rubén Pinar la madurez necesaria para afrontar compromisos propios de los mandamases y, aunque asume que en algunos de ellos ha fallado, destaca el valor que ha tenido a la hora de asumirlos y la fortaleza con la que ha sobrellevado contratiempos como los de no triunfar en Madrid o Albacete. Más cuajado y seguro, Pinar ansía comenzar un 2011 que está convencido “será determinante”.
“Este año, en el que la novedad ya no era mi atractivo, mi baza ha sido la regularidad. He cuajado tardes muy importantes”
“Tardes como las de Madrid o Albacete me han hecho mucho daño, pero hay que apostar y asumir que las cosas pueden salir bien o no, y aceptarlo”
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