Una entregada y emotiva tarde frente a una corrida de Conde de la Maza en Sevilla, puso en boca del toreo a un torero de singular personalidad: Oliva Soto. Del coso del Baratillo salió lanzado a otras plazas como Pamplona, Málaga, Puerto de Santa Maria y Antequera, además de confirmar en Madrid. Admite que la espada le ha impedido redondear algunas tardes, pero esta feliz y mirando con optimismo hacia el futuro.
PARA EL RECUERDO: “La sensación que he tenido de verme crecer durante el año”
PARA EL OLVIDO: “Las orejas que se me han escapado por culpa de la espada”
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