Esta casa ha vuelto a ser toda una garantía para los grandes acontecimientos. Emblema de las grandes plazas. Un toro para la historia en Madrid –”Jabatillo”, de nombre- dentro de dos corridas de un óptimo nivel, junto con encierros importantes en Bilbao, Sevilla, Valencia, además de otras escenarios donde la personalidad del toro que forja la familia Lozano también se ha hecho sentir, casos de Zaragoza, Pontevedra, Aranjuez o Palencia. Una simbiosis de perfección. Un año más. La clásica profundidad del encaste Núñez pero aderezada de mayores hechuras y de un ritmo y una clase mucho más afinadas. Entre la élite, Alcurrucén se ha convertido en un faro, un guía, toda una referencia. De presencia y de juego. De estilo.
- “Nuestra línea no es la docilidad sino la nobleza, que tiene que venir acompañada de bravura”
- “El toro de Alcurrucén no es un toro grande, es un toro fuerte y bien alimentado desde que de erales vemos que tiene hechuras para plazas importantes”
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