Un año más ha vuelto a defender su condición de figura. Ha sellado una temporada de mucha regularidad manteniendo el nivel en todas las plazas y sin dar ni un solo resbalón, salvo Madrid, donde no estuvo por cuestión de principios. Pero, al margen de las cifras, Pablo Hermoso de Mendoza sigue purificando cada día más el toreo a caballo, ralentizando aún más un concepto que soportan los pilares del temple, la cadencia y la profundidad. Un maestro en plenitud que roza cada tarde una perfección en el toreo a caballo que parece no tener techo. Y todo ello con una cuadra amplia y muy completa de caballos que aúnan valor y torería.
“Tengo una de las cuadras más importantes de mi vida, con caballos de la calidad que tenía años atrás y con un número amplísimo de los mismos”
“Lo que de verdad me llena es la equitación, el descubrir mucho más al caballo, estudiar sus conocimientos y su mente y todo ello llevarlo a la plaza”
“No busco un toreo fácil ni de accesorio sino una obra pura, que esté llena de profundidad, y eso incluye limpieza y temple”
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