Castellón y Olivenza han abierto el melón de la renovación en las primeras filas del toreo. López Simón, Roca Rey y José Garrido han competido con varias de las primeras figuras dando lo que se esperaba de ellos. Entrega, decisión y ese toque de emoción que es una de las bases principales del toreo como espectáculo. De los consagrados, Alejandro Talavante ha sido el primero en puntuar poniendo de relieve ese algo intangible que supone un “más allá” de la solvencia profesional, que caracteriza a los que llevan muchas temporadas en la cabecera del escalafón. Y es que el extremeño ha devenido en un torero de gran personalidad, muy cuajado pero sin perder un ápice de la frescura que siempre le caracterizó.
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