Ya ha finalizado su temporada en México, donde sigue siendo el rey. Allí, y aquí. Máxima figura. Capaz de seguir llenando las plazas porque su toreo, además de ser cada día más perfecto y puro, sigue estando lleno de frescura e improvisación. Afronta ahora su temporada en España y Francia, un año en el que pretende torear mucho menos, aunque no va a eludir su responsabilidad de tirar del carro y estar en las principales ferias. Su raza y amor propio para defender su trono continúan intactos. Admite que su toreo y equitación siguen en constante evolución. Esa constante búsqueda de la perfección es lo que mantiene viva la llama de un Pablo Hermoso de Mendoza que sigue en la cumbre del toreo a caballo.
- “Cuando caiga en la comodidad me quedaré en el sofá de mi casa que es mucho más cómodo. Cuando uno se viste de torero, nace ese orgullo del amor propio, la raza y esa ambición de hacer las cosas con la mayor verdad y entrega”
- “Quiero disfrutar de lo que me está regalando la vida. Mientras la gente quiera, seguiré aquí porque es algo que me gusta y me divierte”
- “Mi madurez la comparo al amor, cuando te enamoras las sensaciones son tremendas y con el tiempo pierde el fervor de la novedad. Pero logras sensaciones que perduran siempre”
- “A todos nos hace ilusión cortar las orejas, pero el fundamento lo busco en otra cosa, en dejar buenas sensaciones y recrearte en tu obra. Cuando estás en maestro, asumes una mayor plasticidad, arte, poso…”
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