El pasado sábado, 8 de enero, Justo Portolés de la Cruz murió a los 90 años de edad, plácida e inesperadamente mientras dormía la siesta. El que fuera presidente de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, que gozó del privilegio de presidir la llamada “Corrida del siglo” -celebrada el 1 de junio de 1982, en la que los tres espadas, Francisco Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar salieron junto al ganadero Victorino Martín a hombros por la Puerta de Madrid-, seguía ligado al mundo taurino dada su afición y su generoso sentido de la amistad.
Justo Portolés era vicepresidente primero de la Tertulia de Amigos del Conde de Colombí, entidad a la que perteneció desde su fundación a finales de los años 50. Contertuliano afable e impenitente lector, se adentró con éxito en el mundo dulce de la poesía, la que utilizaba para regalar a los homenajeados por la citada Tertulia, que él vicepresidía desde desde hace más de 20 años.
Justo disfrutó siempre de un gran respeto y admiración de amigos y aficionados, mostrando con largueza su bonhomía y su generosidad, a la vez que su destacada memoria literaria y de hechos taurinos.
Sus contertulianos de la Tertulia de Amigos del Conde de Colombí desean mostrar su pesar a la familia del finado, a su esposa Pilar, a sus hijas, Pilar y Ángela, y a su sobrina Isabel; condolencia a la que también quiere sumarse APLAUSOS.
Justo Portolés, primero por la izquierda, leyendo unos versos que dedicó a Francisco Jiménez, coordinador de las tertulias del Casino de Madrid, en presencia del otro vicepresidente de los Amigos de Colombí, Claudio García.
