De las dos cultura taurinas, hay una de la que no se habla y otra de la que sí se habla. La que se escribe en letras grandes para decir que somos Cultura sin que nos hagan caso, es una. Esta Cultura es un abracadabra. Existe si va en una Medalla de Oro del Ministerio. Luego no existe. Los toreros se pelean entre ellos por una de esas medallas, pero luego no saben qué hacer con ella. Un buen uso es mandarla a tomar por el culo, a la Medalla y a quien la concede. Mandar a tomar por el culo me situará en el límite del machismo y en el extralímite de la bien sonancia, seguro. Pero qué a gusto se queda uno recuperando para la sanidad del alma ese “a tomar por el culo” de toda la vida. La Medalla dichosa de una Cultura que no nos reconocen es una medalla de atomarporculo. Pero claro, es mejor recogerla, ser educados y buenos chicos, y admitir que la docilidad del toreo es cada día más domesticable.
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