La revolera

Adiós a Manolo Blázquez

Paco Mora
jueves 12 de diciembre de 2013

Ha muerto Manolo Blázquez. El torero de Medina del Campo (Valladolid) gozó, en sus tiempos de novillero, de buen cartel en la Barcelona del patriarca de los Balañá. Allá por los últimos años de la década de los cincuenta...

Ha muerto Manolo Blázquez. El torero de Medina del Campo (Valladolid) gozó, en sus tiempos de novillero, de buen cartel en la Barcelona del patriarca de los Balañá. Allá por los últimos años de la década de los cincuenta se presentó en la Monumental, cuando en aquella plaza hoy “campos de soledad, mustio collado” hacían furor Manuel Amador (padre), El Monaguillo, El Tano; Rafaelillo (luego gran banderillero), El Greco, Juan Vila, Amaya y el ya por entonces veterano Enrique Molina (que cuando era casi un niño formó un trío de éxito con Fermín Murillo y José María Clavel), Julito Calvo, Roberto Espinosa y algunos más que harían esta referencia demasiado larga. Era Blázquez un torero espigado, muy rubio y valiente a carta cabal, que cayó de pie en la plaza que entonces era emporio del toreo gracias al talento empresarial de Don Pedro. ¡Ay si ahora tuviera la Monumental un empresario como él! Otro gallo nos hubiera cantado ante la furia antitaurina del independentismo catalán.

Los éxitos de Barcelona le sirvieron a Blázquez para tomar la alternativa, a principios de los sesenta, pero en el escalafón superior se fue diluyendo poco a poco, pese a que llegó incluso a apoderarlo Florentino Díaz Flores, aquel peculiar y entrañable apoderado de El Viti. Quizás Manolo pagó la quina que el bueno de Florentino les hizo tragar a las empresas cuando puso en valor al de Vitigudino, sin ceder ni un milímetro en lo que él creía que merecía. Descanse en paz aquel buen torero pucelano que consiguió como tal menos de lo que todos los que lo vimos creíamos que valía.

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