En octubre vio la luz de una temporada en forma de túnel que se volvió oscuro al poco de empezar. Con paciencia y dedicación, Adrián de Torres asegura que encontró evolución tanto en el fragor del ruedo como en la soledad del campo y su constancia tuvo su recompensa en Las Ventas en la última novillada del año, un triunfo que debe servir para que cuenten con él.
PARA EL RECUERDO: “Mi actuación de Madrid, y que en cada novillada me he visto evolucionar”
PARA EL OLVIDO: “La espada, perdí muchos triunfos y eso no se puede perdonar”
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