El cuarto, mal presentado, acusó una notable falta de fuerzas y fue protestado, aunque se mantuvo en el ruedo. Diego Urdiales completó una faena de trazos bellísimos con el problema de que no pudo ligar los pases, dado que aunque noble, al toro le costó mucho repetir las embestidas. Pero la obra fue muy plástica, tanto en el toreo fundamental como en los adornos y remates de las tandas. Fue un tratado de toreo puro aunque frente a un animal de escasa entidad. Lo mató de una buena estocada. Una oreja.
Abrió plaza un toro sardo que fue muy corretón de salida. Diego Urdiales consiguió alguna verónica limpia. Apretó en dos varas. Llegó a la muleta con nobleza pero acusó poca entrega. La faena del riojano se compuso de cuatro tandas con la derecha en la que se acopló de forma intermitente, aunque también sufrió algunos enganchones. En la única con la izquierda hubo más enganchones. Predominó su buen concepto sobre los logros. Mató de media estocada. Saludos.
El tercero, justo de presentación, fue un toro noble y con clase que propició una buena actuación de Pablo Aguado. Ya en las verónicas meció el capote con gusto. Tras un tercio de varas en que apenas se castigó al toro, Aguado completó una faena exquisita, con derechazos llenos de buen gusto compás. Remató las tandas con pases de pecho excelsos y trincherillas preciosas. También se lució con la izquierda con un toreo natural, nada forzado, y hubo cambios de mano y nuevamente pases de pecho de pitón a rabo. Esta buena faena quedó mermada por un pinchazo previo a media estocada en que se atracó de toro aunque no sufrió más que el golpe. Vuelta al ruedo.
Cerró plaza uno de Juan Pedro que no se dejó torear de capote. Tomó dos puyazos sin entrega. En banderillas echó la cara arriba con peligro. Aguado se dobló por bajo para sacarlo del tercio. Echó la cara arriba en la primera tanda con la derecha. Cada vez más deslucido, Aguado insistió sobre la diestra. Se la puso por la izquierda y aguantó derrotes y la falta de templanza. Un desarme llegó para complicar la faena que al final fue imposible. Mató de una estocada. Silencio.
Sebastián Castella toreó a la verónica al segundo con lances elegantes. En su quite, intercaló chicuelinas, tafalleras y caleserinas. Pablo Aguado se lució por chicuelinas. En banderillas saludó Rafael Viotti. Castella realizó una faena con cuatro series por la derecha y una por la izquierda, en las que desplazó al toro hacia fuera y abusó del toreo rehilado. En los finales animó a la plaza con trincherillas y con unas bernadinas valientes. Mató de una estocada trasera. Una oreja.
El quintó embistió con nobleza aunque fue tardo y a veces algo rebrincado. Castella lanceó con vibración en el saludo. Destacó José Chacón, que saludó en banderillas con Alberto Zayas. Castella se encontró con un toro noble, que derrotó algunas veces y se lo pensó mucho antes de meter la cara. La faena fue muy desigual, comenzada en el centro con pases por la espalda. Cuatro tandas con la derecha y una con la izquierda, al principio en línea y periférico, para atacar más al final en toreo en circular rehilado. Fue una faena con altibajos. Mató de una estocada. Petición de oreja en apariencia no mayoritaria no atendida y vuelta al ruedo.
Sevilla. Jueves, 8 de mayo de 2025. Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación. Primero, noble y justo de raza; segundo, noble; tercero, con mucha clase y nobleza; cuarto, noble e inválido; quinto, noble y descastado, y sexto, deslucido y sin clase. Diego Urdiales, ovación con saludos y oreja; Sebastián Castella, oreja y vuelta al ruedo tras petición no atendida; y Pablo Aguado, vuelta al ruedo y silencio. Entrada: Lleno. Se desmonteraron Rafael Viotti tras parear al segundo y José Chacón y Alberto Zayas, en el quinto.