La segunda corrida la Feria de San Isidro tuvo importancia. Víctor Hernández, muy serio en toda la tarde, causó impacto y pidió paso en la temporada. David Galván, con dos vueltas al ruedo y al que el palco le negó los trofeos, especialmente en el segundo, sigue demostrando que se encuentra en un momento muy especial. Diego Urdiales, con el peor lote, tuvo que hacer frente al fuerte viento en la lidia del cuarto.
El tercero de la tarde tuvo emoción y picante. El de El Pilar fue un animal que no regaló la embestida a Víctor Hernández, que tuvo que ganar uno a uno los muletazos. Se jugó el tipo el joven torero, a pesar de que en cada derrote, las astas del animal paseaban por lugares muy peligrosos. No tuvo dudas Víctor, que pisó terrenos muy comprometidos y, aunque no logró ligazón dadas las condiciones del astado, caló la faena entre los aficionados que reconocieron el esfuerzo y la apuesta a cara o cruz del torero. Lo mejor llegó sobre la mano izquierda, robando varios muletazos de gran valor. Dejó una media en muy buen lugar y los tendidos reconocieron su entrega con una oreja.
El sexto de la tarde fue también devuelto por falta de fuerza. Salió en su lugar un astado de Villamarta que acusó al comienzo de la lidia en tiempo de corrales. Destacó la lidia con el capote de Jarocho, que ayudó en el desarrollo de la embestida del animal. Arrancó Víctor Hernández con ayudados por alto, antes de volver a plantear una faena en la que tuvo que apostar para lograr las embestidas del animal. Ganó, paso a paso, terreno al animal, arrancando muletazos y logrando ligar. De nuevo, faena de gran esfuerzo que no encontró rédito con la espada.
Se gustó David Galván en el recibo capotero al segundo de la tarde, dejando varias verónicas de buen trazo y gusto. Aprovechó Víctor Hernández las condiciones del animal para dejar un bonito quite por saltilleras en su turno, medido, en una buena declaración de intenciones. Brindó la faena David Galván al público, dentro del marco de un trasteo personalísimo del diestro gaditano. En la media distancia se gustó sobre las manos derecha, toreando suave, despacio y regalando un cambio de mano de muchos quilates. Sobre la zurda también supo enganchar los vuelos del animal, templando y dejando pasajes de toreo desmayado. Cerró la actuación con unas ajustadas manoletinas, antes de dejar una buena estocada. Vuelta al ruedo tras una fuerte petición desatendida por el palco.
El quinto de la tarde fue devuelto por una manifiesta falta de fuerza. Salió en su lugar un toro de Castillejo de Huebra, de encaste Murube, noble de comportamiento, pero que terminaba perdiendo su sitio a la salida del muletazo. Le probó Galván por el pitón izquierdo, antes de cerrarlo más allá del tercio y apretarle en la distancia corta con la otra mano. Muy inteligente a la hora de escoger los terrenos, arrancándole dos serias tandas sobre la mano derecha. Se tiró de nuevo de frente y por derecho, dejando otra estocada en todo lo alto que podría haber valido una oreja. Los pañuelos afloraron de nuevo en los tendidos, aunque con menor intensidad que en su anterior oportunidad. No atendió el palco la petición y nueva vuelta al ruedo.
El cuarto fue un animal complicado, que embistió a tirones, complicando mucho el tercio de banderillas. Diego Urdiales tiró de oficio, abriendo la faena y tragando en cada derrote. Sin embargo, a pesar del esfuerzo del riojano, la faena no tomó vuelos, más aún por las continuas rachas de viento que molestaron en todo momento. Metió la mano con habilidad, siendo silenciado. El primero no dio opciones al riojano. Con el capote se mostró incierto el animal, acusando en mayor medida su falta de fuerza durante la faena de muleta. Un defecto que le hizo perder la vertical en varias ocasiones durante la lidia. Lo intentó Diego Urdiales por ambos pitones, antes de pinchar y dejar una estocada defectuosa que hizo guardia.
Madrid. Sábado 10 de mayo de 2025. Cuatro toros de El Pilar, un sobrero de Castillejo de Huebra en quinto lugar y otro sobrero de Villamarta como sexto. Corrida desigual en cuanto a comportamiento y juego, destacando el tercero. Diego Urdiales, silencio en su lote; David Galván, vuelta al ruedo tras dos avisos y una fuerte petición desatendida por el palco y vuelta al ruedo tras petición no atendida; y Víctor Hernández, oreja y silencio tras aviso. Entrada: Casi lleno.
