Después de catorce años de alternativa, Antonio Ferrera sigue con el la ambición intacta. No falla, tampoco se esconde. Como si su carrera empezara de cero cada temporada, el extremeño tiene un nuevo reto con él mismo, con el público y con su profesión. De su corazón le fluye la garra de la fortaleza y la hondura del sentimiento. Un dos en uno. Dos conceptos que busca fusionar cada tarde, en cada instante y en cada toro. En alerta está. Como siempre estuvo.
“El tópico dice que soy un torero guerrillero; los tópicos no tienen capacidad de ver el desarrollo ni la evolución de un torero”
“El toro te va marcando los caminos del respeto, la ambición, la constancia... Si te fallan algunos de esos valores, le fallas al toro”
“Tengo dos bandos distintos, una línea de ataque y entrega al límite y por otro lado, una línea de torear por abajo, muy largo y profundo”
“Eso de especialista en las corridas de Victorino no me gusta, si lo fuese, las mataría relajado y tengo la misma sensación que siempre”
“El miedo se echa de menos cuando no toreas. Cuando pasas miedo y lo canalizas en positivo es bueno, si lo transformas en valor triunfas”
Lea la entrevista completa en su revista APLAUSOS

