ENTREVISTA

Alberto Donaire pone fin a su calvario: “Necesitaba volver a torear”

José Ignacio Galcerá
viernes 09 de mayo de 2025
El novillero riojano pero afincado en Valencia reaparece este sábado tras 216 días sin vestirse de luces después de sufrir una de las cornadas más graves de la pasada temporada

Alberto Donaire está de vuelta. 216 días han transcurrido desde que el pasado 6 de octubre sufriera en Valencia una de las cornadas más graves de la última temporada. Un novillo le desgarró y rompió los esfínteres, y a partir de ahí comenzó un calvario que le ha llevado por operaciones, decenas de visitas al médico y una dura rehabilitación hasta llegar a este sábado. “Necesitaba volver a torear lo antes posible”, afirma como quitándose una losa de encima.

-¿Cómo estás?

-Muy contento y relajado. Estos últimos meses he pasado momentos de mucha dureza e incertidumbre para llegar hasta aquí. El paseíllo de este sábado en Valencia va a ser muy especial.

Alberto Donaire, novillero de distinguido estilo y exquistas formas, lleva a gala aquello de que lo primero para ser torero es parecerlo, de ahí su aspecto siempre fino, casi frágil, que la maldita cornada alteró con una severa pérdida de peso que dejó su físico muy mermado. “Llegué a perder diez kilos. Siempre he sido muy delgadito, pero esta vez me quedé en el chasis. Verme así fue una imagen muy fuerte para mí; hubo momentos que casi no me podía sentar en una silla porque se me clavaban los huesos por la delgadez. Ahora he recuperado prácticamente mi peso de siempre”.

-¿Cómo ha sido el proceso hasta llegar a esta reaparición?

-Ha sido muy duro, este percance me ha obligado a tener mucha paciencia y a confiar en que todo lo que se iba haciendo era bueno para poder volver a torear. Me fui marcando metas día a día, a muy corto plazo para no agobiarme. Me apoyé en los médicos, que a su vez me han apoyado en mi decisión de volver pese a que ellos mejor que nadie sabían que no era nada fácil prepararme para reaparecer, y en mi entorno. A pesar de la dureza, de la cornada tan fuerte que he sufrido, he saboreado cada leve mejoría porque hubiera sido una pena no hacerlo sabiendo que el objetivo, que la meta, era Valencia.

Alberto Donaire, toreando en la ganadería de Rocío de la Cámara.

-¿En qué punto se encuentra la cornada?

-La cornada ya cerró muy bien. No se suturó por riesgo de infección y eso ha hecho que el proceso haya sido muy largo, muy lento y muy costoso. La herida ha ido cerrando por sí sola y ha necesitado su tiempo. La cornada está bien, pero sigo llevando la colostomía que sigue pendiente de una operación.

La colostomía a la que se refiere Donaire es la terminología médica para explicar la cirugía a la que se sometió y que consiste en la abertura en el abdomen para colocar lo que comúnmente se conoce como una bolsa para las heces. Ello requerirá de una nueva intervención que el torero ha aplazado con vistas a esta reaparición y también a estar presente en el Circuito Valenciano de Novilladas de la Fundación Toro de Lidia. “Esa operación no está programada. La he pospuesto porque tengo la ilusión de estar en el circuito de novilladas. Me lo debo a mí mismo. Quiero estar y debo estar. Es una ilusión y tengo que hacer ese esfuerzo”. La colostomía preventiva ha hecho más difícil si cabe la preparación. Donaire se ha tenido que reinventar en este tiempo, no pudiendo realizar algunos ejercicios como correr, que para los toreros siempre supone ganar un fondo físico extra de cara a estar delante del toro, y los ha reemplazado por otros para ganar fuerza. “La preparación ha sido buena; he hecho campo toreando vacas y algún toro, sobre todo he estado muy metido, muy concienciado y saboreando los momentos. El  torero tiene que ser torero dentro de la plaza, en el campo y en la calle, si no te sientes torero, estás falto de esencia. En esos tentaderos soñaba, visualizaba y me veía toreando en Valencia. Ha sido una preparación intensa y si van las cosas como deberían de ir, darán sus frutos este sábado”.

-¿Qué papel ha jugado tu cabeza en este regreso?

-Ha sido fundamental, diría que la clave de todo. Yo he necesitado mi tiempo también para ordenarme. La incertidumbre y la dureza que generan una cornada como la que sufrí te vienen con frecuencia a la cabeza, así que ha sido preciso un tiempo. Pasado ese periodo, necesitaba ya volver a torear lo antes posible porque es lo que me da la vida. El toro es el motor de mi vida y es por lo que vivo. La afición que tengo es la que me ha hecho volver y vencer los momentos más duros. La cabeza y la ilusión, eso ha sido, sí.

-¿Siente que es un volver a empezar?

-No lo creo así, no tengo esa sensación. Es cierto que ha pasado mucho tiempo pero diría que es una continuación de lo que se ha vislumbrado. Valencia me ha visto ir haciéndome como torero, siento que no he logrado hacer la faena compacta que tengo en la cabeza, pero la afición sabe el toreo que busco y el torero que soy. Lo que tengo en mente es lo que he hecho las anteriores tardes: entregarme y disfrutar.

Alberto Donaire, en un reciente tentadero.

En un trance como el que ha superado siempre hay personas clave. Ahí han sido esenciales sus padres, que han apoyado sus decisiones, han sufrido y llorado en los instantes más duros, y reído junto a él cuando comenzaba a verse la luz; también los médicos de la plaza de toros de Valencia, que desde el primer momento de la cornada le insuflaron tranquilidad, ánimo y esperanza; y, por supuesto, la empresa del coso, que tuvo la sensibilidad apenas cuarenta y ocho horas después de la cornada de anunciar que el de Donaire era el primer nombre contratado para la temporada 2025. "En el mundo del toro cada uno juega su papel y ellos han demostrado que además de ser empresa, son aficionados. Les estoy muy agradecido porque sin ellos no podría estar presente en un día importante para mí. Ojalá se den las cosas como quiero y les pueda ilusionar como ellos me han hecho ilusionarme a mí en momentos tan complicados como los que he pasado".

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