Salvador Barberán y Rafael Cerro, silenciados con buen novillada de Monte La Ermita.
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Alberto Durán ha dado un nuevo y serio toque de atención en el festejo celebrado en la plaza de toros de Las Ventas. El zamorano, que ocupaba el lugar de Mario Alcalde, ha cuajado una notable actuación con dos faenas importantes que no han tenido rúbrica con la espada, cerrándole la puerta grande. Salvador Barberán y Rafael Cerro resultaron silenciados en un festejo en el que se lidió una buena novillada de Monte La Ermita.
Alberto Durán -que repite actuación en Las Ventas tras ocupar el lugar del lesionado Mario Alcalde- perdió ante el segundo un más que merecido trofeo. El zamorano sorteó un novillo noble, con clase y ritmo al que cuajó de capote tanto en el saludo a la verónica, como en un posterior quite por delantales y un tercero, también a la verónica, en respuesta a otro de Rafael Cerro por ajustadas saltilleras. La faena de Durán, tuvo reunión y templanza, entendiendo bien a su oponente y destacando el manejo de la izquierda en tres series con gusto y despaciosidad. Labor muy jaleada, con encaje y torería. Finalizó con buenos ayudados por alto. Se tiró a matar con rectitud dejando una estocada casi entera aunque suelta. Se eternizó con el descabello y cambió la oreja por unas palmas tras dos avisos.
Ante el quinto Alberto Durán demostró que va en serio. El novillero zamorano cuajó una faena rotunda, compacta, encajándose sobre ambas manos, arrastrando la muleta y ligando series de cinco y seis muletazos en apenas un palmo de terreno. Sobre la base de la serenidad y el aplomo, Durán construyó una faena importante. Con el novillo más rajado, volvió a sacar a relucir argumentos hasta exprimir a su oponente. Sin embargo, y al igual que en su anterior, la espada le privó del triunfo.
Abrió plaza un buen novillo de Monte La Ermita, que pese a que blandeó en los primeros tercios llegó con nobleza, calidad, fijeza y bondad a la muleta. Antes, Salvador Barberán se lució con el capote en tres lances y una media garbosa. Frente a un ejemplar con muchas virtudes, Barberán dibujó buenos muletazos en un conjunto que careció de altura y que no llegó a redondear. Anduvo mal con la espada. El cuarto no se prestó al lucimiento, llevando siempre la cara alta y pese a que fue obediente a los toques no tuvo fondo. Faena ligera sin mayores argumentos de Barberán.
El tercer episodio del festejo tuvo como protagonista un novillo manejable aunque a menos. El de Monte La Ermita, que se empleó con bravura en el peto, tuvo movilidad y buen galope en los compases iniciales, y fue ahí donde Rafael Cerro estuvo templado en una primera parte de faena que tuvo como principal virtud la ligazón. Sin embargo, la labor del extremeño se fue diluyendo a medida que su oponente se venía abajo. Pocas opciones tuvo con el rebrincado y deslucido que cerró plaza. Cerro cumplió con tesón y decisión frente a un ejemplar informal y sin entrega. Brindó su labor a su mentor, Ortega Cano.
Madrid, domingo 22 de abril de 2012. Novillos de Monte La Ermita, bien presentados, de parejas hechuras. Buenos, con calidad en líneas generales. Cuarto y sexto, deslucidos. SALVADOR BARBERÁN: Silencio y silencio tras aviso; ALBERTO DURÁN: Palmas tras dos avisos y ovación con saludos tras aviso; RAFAEL CERRO: Silencio tras aviso en ambos. Entrada: Un cuarto. Saludó´en banderillas tras parear al cuarto, Víctor Nieto.
Alberto Durán, con el segundo (Foto: Julián López)
