Fotos: JAVIER ARROYO
Los prolegómenos de las goyescas del 2 de mayo en Madrid siempre son vistosos. Los aficionados, vestidos a la antigua usanza, pisan el ruedo y los carruajes recorren el anillo venteño. Un singular inicio de función que retoma su tono más serio cuando los alguacilillos "despejan" la plaza para que, todo seguido, arranque el verdadero espectáculo.