El primero fue un inválido que no devolvieron. Morante no se dio coba y se lo quitó de su vista rápido. Solo reseñar tres verónicas notables en el recibo. Faena de dos orejas de un Morante desatado desde el inicio por faroles invertidos al cuarto de la tarde. El de Albarreal, manso encastado, se movió...
