Climent, sin opciones con el flojo tercero, paseó un cariñoso trofeo del sexto.
Fotos: ARJONA
Álvaro Lorenzo aplicó temple al novillo que abrió plaza, un jabonero sucio que blandeó en los primeros tercios pero que se movió y tuvo prontitud en la muleta. No le acompañaron las fuerzas al noble parralejo y el toledano puso pulso y tacto a las embestidas informales del novillo. Labor de buen oficio y facilidad rematada de una estocada entera y desprendida. Sujetó en los medios con inteligencia al manso que hizo cuarto. Dejándole la muleta siempre puesta en la cara, le ganó la acción tras cada muletazo para ligar las series. Aprovechó la movilidad y la transmisión del novillo. Una serie en el tercio, con la mano baja y obligando a su oponente, tuvo rotundidad. Labor bien estructurada. El ramillete de luquecinas, ligadas sin enmendar la planta, llegó a los tendidos. Estocada delantera y caída. Oreja.
Ginés Marín emborronó con los aceros su faena al buen segundo, un novillo enrazado, con movilidad y fijeza. La tarjeta de visita de Marín fue un ceñido quite por gaoneras, muy quieto. El inicio de faena del jerezano tuvo intensidad, especialmente una ajustada arrucina. Su labor, sobre ambas manos y toda en los medios, estuvo presidida por la firmeza de plantas, la seguridad y la capacidad. Labor de torero hecho y puesto. Cerca estuvo de llevarse por delante el quinto a Ginés Marín en el primer muletazo. La respuesta del jerezano fueron tres naturales soberbios: encajados, templados, reunidos. Faena importante por la personalidad y la torería que imprimió a todo lo que hizo. El toreo sobre la izquierda fue de mucha categoría. Sensacional una serie iniciada a pies juntos y de frente con la derecha, ligada, despaciosa y rematada con un precioso pase de pecho. Asentado, encajado, firme, sensación de torero cuajado y preparado para mayores retos. El único pero de su tarde fue la espada, que al igual que en su primero, le dejó sin el premio de las orejas.
Flojo y bajo de raza el que hizo tercero, se vino muy a menos en el último tercio. Ante él, Cristian Climent quiso hacer todo despacio y templado pero la falta de fuerzas del novillo impidió cualquier lucimiento. A la puerta de chiqueros se fue para recibir al sexto. Arrebatado el saludo con el percal. Como en el anterior, mostró su facilidad con las banderillas. Buenos fueron dos pares al quiebro y al violín, uno de ellos en los medios. Entregado Climent, le apretó en una primera tanda, muy obligada, tras la que el novillo se fue viniendo a menos. Notable la actitud del joven de El Puig en una labor rematada de una estocada defectuosa. Fue premiado con una cariñosa oreja.
Valencia, lunes 14 de marzo de 2016. Cuarta de la Feria de Fallas. Novillos de El Parralejo, correctos de presentación y de variado juego. Álvaro Lorenzo, vuelta al ruedo tras petición y oreja tras aviso; Ginés Marín, vuelta al ruedo tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso; Cristian Climent, palmas tras aviso y oreja. Entrada: Un tercio.
Talavante se deja el triunfo con los aceros
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