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Álvaro Lorenzo y Ginés Marín, puerta grande en Albacete

Varea perdió premio por el mal uso de la espada.

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Álvaro Lorenzo se llevó un volteretón de salida impresionante. Afortunadamente, todo quedó en el susto y, repuesto, realizó una faena en la que anduvo medido, acompasado, compuesto, fácil y siempre bien colocado. El novillo se dejó pero tuvo su punto de genio. Se arrimó en el último tramo de la labor y tras esos pasajes de cercanías recetó un estoconazo. Cortó una oreja. Otra logró del cuarto, un utrero manejable aunque de poca transmisión. Ejecutó una faena bonita y limpia, en la que hubo de poner la emoción que le faltó al de Juan Pedro. Puesto y torero, embarcó bien la embestida por las dos manos y mató de una estocada. Antes, toreó muy bien a la verónica.

El segundo fue un utrero manejable, suavón y soso, con el que su matador, Ginés Marín, toreó con limpieza y sentido de la medida. Lució especialmente toreando sobre la mano izquierda, enroscándose bien al cuerpo la embestida del juampedro. Mató de un estoconazo y fue premiado con un trofeo. Curiosamente, la música no llegó a tocar a pesar de los olés del público. Ginés Marín paseó otro trofeo del deslucido quinto, cuya muerte brindó a Alberto López Simón. Arrancó de rodillas para iniciar una faena en la que se impuso al de Juan Pedro, que sacó también peligro sordo. Se arrimó en el toreo encimista y mató de una estocada desprendida.

Lo mejor de Varea con el tercero fue su sensacional recibo capotero, con un toreo a la verónica de manos bajas y acompasado, gustándose en todo momento y rematando de una media muy personal. Lo intentó el castellonense en la muleta aunque su labor se vio condicionada por la evidente falta de fuerzas del novillo, al que supo sostener a media altura en algunos pasajes que tuvieron temple y despaciosidad. Varea volvió a torear de capa muy bien en el recibo por verónicas al sexto, primero con la rodilla genuflexa y después de pie, rematando la serie con una buena media. Inició su faena de hinojos ante un novillo de Juan Pedro que tuvo nobleza pero muy escasa fortaleza. Mientras se lo permitió, dibujó muletazos de bello trazo tanto en el toreo en redondo como en los remates. Ya con el novillo a menos, se pegó un arrimón. No manejó el acero con acierto, perdiendo el posible trofeo.

Albacete, 9 de septiembre de 2015. Segunda de la Feria de la Virgen de los Llanos. Novillos de Juan Pedro Domecq y Parladé (1º), correctos de presentación, nobles pero faltos de transmisión. Álvaro Lorenzo, oreja y oreja; Ginés Marín -que sustituye a Roca Rey-, oreja y oreja; Varea, silencio en su lote. Entrada: Tres cuartos. Se desmonteró Alfonso Carrasco tras parear al sexto.