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Antoñete y Las Ventas
La vida de Antoñete no se puede explicar sin Madrid. En la misma plaza de Las Ventas creció en su juventud y allí se forjó como torero. Las Ventas le vio triunfar, también fracasar. Fue testigo de sus idas y regresos, de su toreo eterno que revolucionó los años 80. Antoñete repasa emocionado sus recuerdos en Las Ventas: “Es mi vida por capítulos”. Afirma que siente nostalgia cuando ve anunciados los carteles. “Me gustaría verme anunciado y elegir las ganaderías que me gustan”. Añoranzas de un eterno bohemio.
Una vez terminada la Guerra en 1939 y con tan sólo siete años, Antonio Chenel Albadalejo es acogido en la casa de su cuñado Paco Parejo, situada en Las Ventas, plaza en la que ejercía de mayoral. “Él me acogió en su casa, lo que hoy en día es la oficina de la Comunidad de Madrid. Y es entonces cuando empecé a conocer la fiesta de los toros. Recuerdo que me impresionó mucho la primera vez que vi el ruedo, su resplandor, la bocana del patio… Madrid lo ha sido todo en mi vida. Entonces descubrí la plaza, descubrí el toreo, la Fiesta… todo”, explica Antoñete.
Empezó a desenmascarar las maravillas de esta Fiesta cuando tomó contacto con aquellos profesionales que desfilaban por Las Ventas. En aquel escenario se entrenaban y preparaban todos los toreros, “es algo que por desgracia se ha perdido. Era algo impresionante y muy agradable. Yo era un chaval y me sentaba en el estribo, al lado de ellos, escuchando todas las conversaciones, viendo cómo se entrenaban. Todo el mundo que vivía en Madrid, toreros, picadores, banderilleros…, todos pasaban por la plaza. Aquello era tan bonito que es difícil imaginar que ya no sucede”. Antonio era un chaval, vivía en la misma plaza de toros y tenía acceso libre a todos los lugares de la misma, “siempre me iba al patio de caballos para ver llegar a los toreros, con aquellos trajes que para mí eran deslumbrantes, intentaba rozarme con alguno de ellos. Era todo un descubrimiento. De todos ellos quien más me impacto en un patio de caballos fue Manolete”.
“Recuerdo que me impresionó mucho la primera vez que vi el ruedo, su resplandor, la bocana del patio… Madrid lo ha sido todo en mi vida. Entonces descubrí la plaza, descubrí el toreo, la Fiesta… todo”
Empezó Antoñete a sentir el gusanillo por ser torero y comenzó a torear de salón con aquellos toreros que se preparaban en la plaza. Él mismo cosió una muleta con tela de saco y entrenaba en la plaza o en el desolladero cuando llovía. Fue entonces cuando su cuñado, Paco Parejo, vio que tenía afición y le anunció en lo que sería su debut en público. “La primera vez que toreé fue en Madrid, en la parte seria del Bombero Torero. Sin haber toreado ni una vaca antes, me puse allí delante del becerro. Sólo había toreado de salón. Mi cuñado me puso ese día, aunque él no quería que fuese torero porque me veía muy bajito. Yo no tenía ni idea de nada, pero a él ya le entró el hormiguillo y me enseñó lo que tenía que hacer para entrar a matar… Y hasta él mismo se sorprendió de lo que hice. Los empleados de la plaza le decían a Paco, vaya secreto que tenías guardado con tu cuñadito. Pues se ha puesto por primera vez, decía Paco, y no se lo creían. A partir de ahí me siguieron repitiendo y toreé muchas novilladas sin picar sin tan siquiera saber lo que era torear una vaca”.
Actuó mucho como becerrista y a base de volteretas aprendió a torear. Sin embargo, de novillero no tuvo mucha suerte en la capital. “En el debut no pasó nada, pero llegó la tercera novillada, de Felipe Bartolomé, y pude cortar las orejas pero sólo di una vuelta en cada faena y aquello me sirvió. Me hice torero en Madrid y en sus alrededores”. Tomó la alternativa en 1953 en Castellón y el mismo año confirma en Madrid, donde “no se me dio la cosa bien. Apuntaba pero no disparaba. Tuvo que ser en la repetición, donde corté tres orejas y fue una gran tarde. Ese año tuve la desgracia de romperme el brazo en Málaga porque hasta entonces cortaba orejas en todos los sitios”.
“¿La faena al toro de Osborne? Me cansé de hacerle cosas, algunas veces se quedaba corto, otras rompía adelante de una manera extraordinaria. La pena fue que no lo maté, si lo hago le corto el rabo. De no tener nada, casi ni apoderado, tuve todas las ferias de España abiertas”
Y a partir de entonces surgen los años difíciles. Aquella apoteosis de las tres orejas no vuelve a repetirse y Madrid se resiste: “En el 54, el primer toro de la feria me mete para adentro con una cornada. El tercer año de la alternativa también me dieron una cornada en el primer toro de la feria. Parecía como si aquello estuviese negado para mí. En el 55 logré cortar una oreja. En esa época empezaron algunos baches, me casé… Estaba bien en todos los sitios menos en Madrid. Empezaron a marginarme, no toreaba. Las lesiones de los huesos también frenaron mucho las temporadas”, repasa ligeramente Antoñete aquellos años que no tuvieron nada de brillantes.
LA PRIMERA RESURRECCIÓN
Llegó el año 1965 y Antoñete no veía un pitón. Eran tiempos difíciles y el torero se mantenía toreando algún que otro festival. Antoñete cayó en el olvido y se planteó una de las decisiones más drásticas para los toreros, pasarse a las filas de plata. Se lo comentó a su cuñado, que le propuso torear, como último cartucho, una corrida de Félix Cameno. “Era muy grande y salió muy buena. Entonces corté las dos orejas al último toro y me repitieron con una de Albaserrada con la que me tuve que jugar el tipo y la gente respondió muy bien. En octubre volví a torear otra vez con una nueva corrida de Cameno, y corté otra oreja”. Entonces don Livinio le había dicho a Antoñete que si cortaba una oreja le firmaría dos tardes en el San Isidro del año siguiente. Y así fue. Así llegó en el 66 la famosa faena al toro blanco de Osborne. “Tuvo mucha importancia por la trascendencia que tuvo la faena. Me cansé de hacerle cosas, aunque no se desplazaba el toro, algunas veces se quedaba corto, otras rompía adelante de una manera extraordinaria. La pena fue que no lo maté, si lo hago le corto el rabo. De no tener nada, casi ni apoderado, tuve todas las ferias de España abiertas”.
Pero otra vez pasó el tren. Las lesiones de los huesos, algunas cornadas y la mala suerte frenaron sus temporadas. Y llegó el primer adiós: “En el 74 me quedé en blanco y en el 75 me fui matando seis toros de Sánchez Fabrés, para ver si al menos podía torear algo o de lo contrario me iba porque no había quien aguantase la situación. No me contrataban y todo iba de mal en peor. Aquella corrida fue mejor para el aficionado que para el gran púbico. Le corté la oreja a uno, estuve torero en muchos… pero no fue lo que yo esperaba”.
REFUGIO ALLENDE LOS MARES
En el 77 viaja a Venezuela para torear un festival de viejas glorias y, finalmente, se quedó en aquel país durante unos años acogido por los ganaderos Maribel Llorens y Marcos Blancher. Allí vuelve a retomar la ilusión por el toreo. Toma sustituciones de las figuras españolas, le llaman de muchas plazas y finalmente sus triunfos tienen eco en España. En 1981 regresa a su país y a la cuarta corrida vuelve de nuevo a su Madrid. “Había gente que ni me conocía. Toreé una corrida de Ramón Sánchez con Julio Robles y Capea. A un toro fogeado de Robles le hice un quite, salió como una flecha, me doblé con él y ahí volví a entrar en Madrid y empecé de nuevo a caminar. Luego toreé con Curro Romero y Paula y tenía buen ambiente. Después, en el mano a mano con Paula sí toreé un toro muy bien pero lo pinché. Al final de temporada formé otro gazpacho toreando con Manolo Vázquez. Tenía tanto eco lo que había hecho, que el público me esperaba con entusiasmo. A partir de entonces empecé a arrastrar a gente”.
“En el mano a mano con Paula toreé un toro muy bien pero lo pinché. Al final de temporada formé otro gazpacho toreando con Manolo Vázquez. Tenía tanto eco lo que había hecho, que el público me esperaba con entusiasmo. A partir de entonces empecé a arrastrar a gente”
Al año siguiente, en 1982, comenzó a enderezarse nuevamente su carrera. Con el medio siglo cumplido, Antoñete viene a aportar a la fiesta de los toros un toreo de sabor añejo que parecía haberse perdido. Su clasicismo y pureza es ensalzado por la afición y hasta la crítica más exigente. En su tercer paseíllo de aquel año llega una de las mejores faenas realizadas por Chenel en Las Ventas, la del toro “Danzarín”, de Garzón, un día donde la fuerte lluvia que cayó no fue impedimento para una tarde gloriosa: “Yo quería suspender, no quería torear porque el piso plaza no estaba en condiciones. Pero mis compañeros Tomás Campuzano y un colombiano, Jairo Antonio Castro, decidieron hacer el paseíllo, así que yo estaba obligado. El primero no era muy bueno, pero le pude e incluso me pegó una voltereta muy fuerte. Y ya desde este toro yo sabía que el ambiente estaba a mi favor. Salió el segundo, el famoso “Danzarín”, al que le corté las dos orejas”.
CANTINERO Y SIESTECITA
Aquellos primeros años, las temporadas de Chenel se basan en Las Ventas, sobre todo, donde no hay año que no actúe de cuatro a cinco veces. “Del 82 al 85 tampoco suceden grandes éxitos. Hay una cornada de un toro de La Quinta, algunas faenas buenas, algún sainete de mucho cuidado, una oreja a un toro de Bohórquez en el 84”. Pero en el 85 llega la faena a “Cantinero”, el toro de Garzón, una de las mejores faenas de Antoñete en Las Ventas. “Chopera había anunciado que me iba porque creía que ya no podía dar más de mí, pero se equivocó e hice el mejor San Isidro de mi vida”. La faena al toro “Cantinero” forma ya parte de la historia de Las Ventas y se recuerda como una de las mejores del diestro madrileño en esta plaza. Pero todavía habría más. En 1988 llega “Siestecita”, marcado con el hierro de Torrestrella, “el último toro que toreé bien en Madrid”.
NOVILLERO
1. 5/6/1952 Nicasio López. Vuelta al ruedo – silencio PRESENTACIÓN
2. 12/6/1952 Garro y Díaz Guerra. Vuelta al ruedo –silencio
3. 10/7/1952 Felipe Bartolomé. Vuelta al ruedo –vuelta al ruedo
MATADOR
1. 10/5/1953 Alipio Pérez Tabernero. Vuelta al ruedo –silencio CONFIRMACIÓN
2. 15/5/1953 Fermín Bohórquez. 2 orejas –oreja
3. 18/6/1953 M. Sánchez Cobaleda / Hoyo de la Gitana. Palmas –silencio
4. 19/5/1954 Barcial. Herido grave
5. 15/5/1955 Antonio P. de San Fernando. Herido menos grave
6. 12/5/1956 Samuel Hnos. Silencio – silencio
7. 13/5/1956 Barcial. Oreja –silencio
8. 10/5/1957 Eusebia Galache de Cobaleda. Silencio –pitos
9. 23/5/1957 Fermín Bohórquez. Silencio – ovación
10. 1/5/1958 Clemente Tassara. Palmas –ovación
11. 15/5/1958 Fermín Bohórquez. Silencio – pitos
12. 14/9/1958 José Infante da Cámara. Silencio – silencio
13. 26/6/1960 El Pizarral de Casatejada. Palmas –vuelta al ruedo
14. 1/ 9/ 1960 Juan Cobaleda. Ovación –vuelta al ruedo
15. 9/4/1961 Núñez Hnos. Vuelta al ruedo –silencio
16. 17/9/1961 Núñez Hnos. Silencio –silencio
17. 28/4/1963 Moreno Guerra. Pitos – oreja
18. 13/6/1963 Juan Guardiola Soto. Silencio –silencio
19. 23/6/1963 Infante da Cámara. Vuelta al ruedo –silencio- ovación
20. 8/8/1965 Félix Cameno. Vuelta al ruedo – 2 orejas
21. 22 / 8/ 1965 Escudero Calvo. Ovación – ovación
22. 30/ 9/ 1965 Félix Cameno. Oreja – silencio
23. 15/5/1966 José Luis Osborne. Silencio – oreja
24. 23 /5 /1966 Juan Pedro Domecq. Oreja –ovación
25. 24 / 5 / 1966 Hdros. de Felipe Bartolomé. Oreja –oreja
26. 16 / 6/ 1966 Fermín Bohórquez. Ovación – oreja
27. 7 /7 /1966 Carlos Núñez. 2 orejas – 2 orejas
28. 13 / 5/ 1967 Conde de la Corte / El Pizarral. Silencio – pitos
29. 23 /5 /1967 Marqués de Domecq y Hnos. Silencio – pitos
30. 27 /5/ 1967 José Luis Osborne. Vuelta al ruedo –vuelta al ruedo
31. 11 / 5/ 1968 Eusebia Galache / Carlos Núñez. Silencio – oreja
32. 21 / 5 / 1968 Juan Pedro Domecq. Pitos –pitos
33. 6 /6 / 1968 Marqués de Domecq y Hnos. Silencio – división
34. 14 /5 / 1969 Carlos Urquijo. Ovación – silencio
35. 7 /9/1969 José María Moreno Yagüe. Ovación – oreja
36. 24 /5/1970 José María Moreno Yagüe. Silencio –ovación
37. 30/ 5/ 1970 Juan Pedro Domecq. Silencio
38. 28/ 6/ 1970 Dionisio Rodríguez. Silencio – ovación
39. 6 /5 / 1973 José María Moreno Yagüe. Silencio – vuelta al ruedo
40. 14/5/ 1973 El Pizarral / F. Bohórquez. Oreja – bronca
41. 17/5/ 1973 Juan Mari Pérez Tabernero. Pitos – ovación
42. 15 /7/ 1973 El Pizarral de Casatejada. Oreja –división
43. 16 / 9 / 1973 Joaquín Manuel Murteira. Pitos – bronca
44. 15 / 5/ 1974 Joaquín Manuel Murteira. Bronca – bronca- silencio
45. 26 / 5/ 1974 Sánchez Fabrés. Silencio – vuelta al ruedo
46. 14 / 5/ 1975 Juan Maria Pérez Tabernero. Pitos – pitos
47. 7 / 9 / 1975 Sánchez Fabrés – García Romero Hnos. Ovación – oreja – silencio-silencio – silencio – ovación. PRIMERA RETIRADA
48. 22 / 5 / 1981 Ramón Sánchez Rodríguez. Silencio – Pitos
49. 3 / 6 / 1981 Juan Andrés Garzón. Ovación
50. 21 / 6 / 1981 Fermín Bohórquez. División – vuelta al ruedo –palmas
51. 20/9/1981 El Campillo / Juan Mari P. T. Ovación –vuelta al ruedo
52. 22 / 5/ 1982 Celestino Cuadri Vides. Vuelta al ruedo –pitos
53. 24 / 5/ 1982 Atanasio Fernández. Vuelta al ruedo – silencio
54. 3 /6/ 1982 Juan Andrés Garzón. Vuelta al ruedo – 2 orejas
55. 17/ 6/ 1982 Victorino Martín. Silencio – bronca
56. 19 / 5/ 1983 El Torero. División – pitos
57. 26/ 5/ 1983 Lora Sangrán. Bronca – ovación
58. 3 /6 /1983 Juan Andrés Garzón. Ovación – silencio
59. 10 / 7 / 1983 J. Pasquau / Pto. San Lorenzo. Pitos – división
60. 17 / 7 1983 José Luis Osborne. Ovación – bronca
61. 16 / 9 / 1983 Hdros. Felipe Bartolomé. Silencio
62. 24 / 5 / 1984 Fermín Bohórquez. Oreja
63. 15 / 6/ 1984 Cuadri / N. del Cuvillo. Bronca – silencio
64. 15 / 9 /1984 Juan Pedro Domecq / Jandilla. Silencio –bronca
65. 18 / 5 /1985 Atanasio Fernández. Pitos – ovación
66. 31 / 5 / 1985 Fermín Bohórquez. Pitos – Vuelta al ruedo
67. 7 / 6/ 1985 Santiago Martín / J.A. Garzón. Oreja – 2 orejas
68. 28 / 9 / 1985 Jandilla. Ovación – oreja
69. 30 / 9/ 1985 Juan J.Alarcón / Belén Ordóñez. Palmas – pitos – vuelta al ruedo SEGUNDA RETIRADA
70. 22 / 5 / 1987 Manolo González. Pitos – bronca
71. 1 / 6 / 1987 Juan Andrés Garzón. Pitos –bronca
72. 9 /6 / 1987 Joaquín Buendía. División – bronca
73. 12 /7/ 1987 Osborne / Carmen Ordóñez. Pitos- pitos
74. 16 / 5/ 1988 Los Guateles. División – división
75. 27 / 5/ 1988 Paloma Eulate / Torrealta. Bronca – pitos
76. 3 / 7 / 1988 Torrestrella. Bronca – oreja
77. 24 / 6 / 1998 Las Ramblas. 2 orejas – oreja
FUENTE: Base de datos documental de José María Sotomayor.
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