Festival homenaje a Manuel Montoyahttp://www.aplausos.es/editmaker/noticias/ed_noti.asp?noti=8675&edicion=90#
(Foto: Manu)(Foto: Manu)

Apoteosis histórica en Albacete, por Paco Mora

Paco Mora
lunes 24 de octubre de 2011

El Cid indultó un novillo extraordinario de Daniel Ruiz, en una tarde en la que todos los actuantes torearon al sobrero de regalo, y en la que Dámaso González fue obligado a bajar de su localidad en barrera para armar un auténtico lío.

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Con una entrada de lleno virtual se celebró el festival homenaje al torero de plata Manuel Montoya, recientemente fallecido. El que resulto singular acontecimiento taurino se había organizado a beneficio de las dos hijas del torero desaparecido.

El triunfador absoluto fue El Cid, que paseo en una apoteósica vuelta al ruedo las dos orejas y el rabo como reconocimiento a un faenón inconmensurable realizado a un extraordinario novillo de Daniel Ruiz, indultado por el torero de Salteras. En Albacete ya se conocía el virtuosismo de Manuel Jesús toreando por naturales, pero el nivel alcanzado, en la tarde del sábado 8 de octubre, en la Plaza de Toros albaceteña por El Cid rompió todos los registros hasta ahora establecidos por el propio torero. Cierto que el novillo ideal de Daniel Ruiz que le toco en suerte también puso su parte en el éxito del torero, con su vibrante y bella manera de embestir, humillando y buscando la muleta por abajo con temple y nobleza.

Había comenzado la tarde el caballero Manzanares, que anduvo hecho un jabato y con una maestría muy superior a la mostrada no hace todavía un mes en la Feria de esta misma ciudad. Hizo alarde de un doma en la que se nota para bien quien es su espejo en el arte del rejoneo, y como acertó con los hierros y mato al de Bohórquez de un rejonazo en la yema, paseo las dos orejas del bicorne en una aplaudidísima vuelta al ruedo. Enrique Ponce con el de Las Ramblas estuvo inspiradísimo con capote y muleta. Sobre todo con la franela, ejecutó una faena de seda con incrustaciones de terciopelo. Las palmas echaban humo y después de tres pinchazos y una estocada todavía se le pidió la oreja con fuerza. Cesar Jiménez con el de Encinagrande, ganadería propiedad de Manolo Caballero, que por cierto embistió con clases y buen son, realizó una faena de muleta larga y con pasajes del gusto exquisito que le ha vuelto a colocar en las ferias de categoría taurina del país. Corto las dos orejas de su adversario, que su cadenciosa muleta convirtió en magnifico colaborador. Pues templado e incansable, el pupilo de Caballero demostró que el torero retirado está en el buen camino para convertirse en ganadero de lujo.

Cayetano con una insignificancia brava, noble e incansable de Zalduendo, toreo todo lo que quiso, despacioso y con ribetes de artista que en ocasiones recuerdan al abuelo Ordoñez mientras en sus momento de valentía es el vivo retrato de su padre. Intentó “manzanarizarse” a la hora de matar, pero eso son otros “lopeces” y tuvo que conformarse con matar a la tercera y a volapié. Una oreja se le vino a las manos por exigencia popular en la que primaban las voces femeninas. El último novillo, de Sonia González, de magnifico son al que se le dio la vuelta al ruedo, fue a aparar a las manos de Mario Julián Sotos, un alumno de la Escuela Taurina de Albacete, que afirman que entrenaba con Montoya. El chiquillo es tuvo muy bien con capote y muleta, y la verdad es que dio la impresión de llevar en el cuerpo mucho toreo. Estuvo muy suelto y seguro y no le perdió nunca la cara a un eral que fue el colaborador ideal para su debut en tarde de tanto compromiso para él. Se hizo con una oreja del de Sonia González.

Y ahora viene la fiesta. Ponce, El Cid y Jiménez le pidieron al palco presidencial que autorizara la salida de un séptimo novillo de Juan Pedro Domecq que quedaba en los corrales, el presiente lo autorizo y ello dio lugar a un espectáculo inusual y en ciertos momentos de una emotividad que traspasaba lo taurino para caer de lleno en las añoranzas y en los recuerdos. Torearon al de Juan Pedro con variedad y solvencia, Ponce, El Cid, Jiménez, Cayetano, el novillero Sotos e incluso el rejoneador Manuel Manzanares que puso en el empeño un gustito muy de la casa. Antes se había invitado a banderillear a Carretero, Niño de Belén y Esperanza (de paisano) que pusieron tres grandes pares entre al alboroto de los espectadores. En estas anochecía pero la explosión vendría después….

…Cuando Dámaso fue obligado a bajar de la barrera en la que presenciaba el espectáculo junto a Feli su mujer, y cogió la muleta, se produjo en los tendidos una autentica catarsis. Todo el público en pie gritaba “torero, torero, torero”, y la emoción traspasó la barrera del sonido cuando el albaceteño comenzó a centrarse con la derecha frente al de Juan Pedro y le sopló tres series tan templadas y cadenciosas como en sus mejores tiempos. Aquello fue un manicomio en el que todo el mundo se felicitaba a los sones del pasodoble de Dámaso González con el que la banda del maestro Manolo García atronaba el espacio de una tarde noche inolvidable. Ponce mato el toro después de otra serie de muletazos de lujo, y allí nadie parecía querer moverse. La magia todavía flotaba en el ambiente.

Albacete, sábado 8 de octubre de 2011. Festival homenaje a Manuel Montoya. Novillos por orden de lidia de Fermín Bohórquez, Las Ramblas, Daniel Ruiz, Encigrande, Zalduendo, Sonia González y Juan Pedro Domecq, éste como sobrero de regalo. El tercero, de Daniel Ruiz, premiado con el indulto. Enrique Ponce: Ovación; El Cid: Dos orejas y rabo simbólicos; César Jiménez: Dos orejas; Cayetano: Oreja y el novillero Mario Julián Sotos: Oreja. Entrada: Lleno

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