La pincelada del director

Arte en Fallas, valor en Julio

José Luis Benlloch
domingo 27 de julio de 2014

Acabaron las ferias de Julio. En cuestión tan pasional como el toreo las notas dependerán del estado de ánimo de cada cual. No hubo grandes fiascos ni tampoco éxitos de esos que ponen el toreo patas arriba. El peligro fundamental es la tendencia que tenemos los aficionados a los toros a suspendernos pero pasar pasaron cosas de interés. En Valencia, si en Fallas se impuso el arte, en esta ocasión mandó el valor. Abellán apostó a la mayor y ganó; Juli se quedó a las puertas de una gran faena abortada por el toro de Victoriano del Río que dijo basta y se fue de naja con su genio a otra parte; Román arreó de lo lindo y nos puso a todos el corazón en un puño que es donde debe estar en una tarde de toros; Luque toreó de capa con mucha categoría; Rafaelillo, en el cierre ferial, cuajó una excelente y sincera faena a Trastero, un cuadri para el recuerdo, bravo, noble, emocionante… de los que no se olvidan, de los que justifican la leyenda de un ganadero. Más. La prueba del horario nocturno, una de las cuestiones clave, dio señales suficientes como para pensar que en esa franja horaria puede encontrar la Feria de Julio su espacio de futuro. Salvar una feria de primera categoría con el toro de primera y con todo lo que ello supone para el toreo, es tema más prioritario de lo que hace suponer el pasotismo de las fuerzas vivas que como siempre son más propicias al llanto final que a la acción previa. Así que hay que alegrarse de la buena acogida que tuvo e insistir en una política de rescate. Las noticias que llegaron de Santander apuntaban el triunfo de Juli, otra vez Juli, de Perera, que en Valencia no tuvo la suerte necesaria, de Ureña, que se agarra con toda su alma a los buenos carteles, de Adame…

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