Va por zonas. En algunas, donde el toreo está fuerte y consolidado, se presenta una batalla vía no prohibicionista de forma directa, sino mediante impedimentos que exijan las nuevas leyes. Las de Bienestar Animal votadas en Andalucía y Madrid la semana pasada, zonas estables del toreo han perdido el primer asalto. La estrategia es así, les es tan importante perder como ganar, pues avanzan en mensaje social. En otras zonas, el toreo se hace espuma volátil, se disuelve, desaparece, se va y ya no regresa. Muerte dulce que dicen.
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