Todo lo que pasó en los primeros siete días de la feria es un aviso, un gran aviso de lo que puede ser el futuro. Porque si algo queda clarísimo de cara al futuro es que el invento del monoencaste, del encaste único, y el pensamiento único, es un veneno mortal. Ya sé que con lo mismo puede haber variantes. Ahí está Fuente Ymbro y Jandilla; y ahí estuvo y está Cebada Gago y Álvaro Domecq. Pero a la larga ya ven lo que hemos soportado en Madrid en esa primera semana. Más de los mismos y más de lo mismo. La reiteración y encima el descaste. Porque es así y hay que ser un ganadero excepcional, como alguno que maneja con sabiduría este monoencaste, para no caer en el pozo que ha hundido los inicios de San Isidro.
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