Soy un enfermizo partidario de la unidad. Un acérrimo de las sinergias y un practicante del dúo, número par, o, si viene al caso, del número impar que sea menester. Unidad. Yo entiendo la unidad como una situación natural, una suma. Si hablamos de pensamiento, dos pensando son mejor y más; si hablamos de fuerza sucede lo mismo, si hablamos de sensibilidad, igual, e igual que si hablamos de placer. Por tanto, me adscribo a la llamada de unidad de los empresarios de ANOET. Sin un pero. Pero que sea una llamada en todos los sentidos.
