Conocí a José Arroyo "Joselito" cuando daba sus primeros pasos firmes hacia el puesto de privilegio que alcanzó en el toreo. Fui a la Clínica Loreto...
Conocí a José Arroyo "Joselito" cuando daba sus primeros pasos firmes hacia el puesto de privilegio que alcanzó en el toreo. Fui a la Clínica Loreto de Madrid, donde convalecía de una fea cornada en el cuello, a hacerle una entrevista para Interviú. Me impresionó su seriedad y la bonhomía que trasmitía su mirada de hombre cabal pese a su juventud. Luego seguí su evolución de torero recio, seco, de la más pura escuela castellana, y su pureza con la espada, matando a los toros por arriba y sin los alivios ni ventajas que suelen poner en práctica los pinchaúvas que tanto abundan hoy en el toreo. Siempre mantuvimos una relación profesional, amistosa y cordial que perduró a lo largo de toda su carrera, muy lejos de las falsas euforias fuera de lugar en dos manchegos que ejercen.
Ahora Joselito vuelve a los ruedos el día 15 de junio en una corrida de lujo en Istres (Francia). Como amigo que me siento de Joselito, no me gusta que deje su bien ganado descanso para volver a una lucha tan dura como la de mantener su categoría vestido de luces. Pero como aficionado me satisface que vuelva, porque será un referente para muchos toreros jóvenes, dada la escasez de profesionales que ejemplifiquen lo que es y cómo debe comportarse una auténtica figura del toreo.
Todavía está joven y fuerte, y si va a dar ese paso, no me cabe duda de que lo hace porque se siente capaz de retomar con hombría y profesionalidad el gran sitio que dejo vacante a su retirada. Buen momento para demostrar que el toreo es un arte muy serio en el que sobran estridencias y comunicados. Estoy convencido que todo lo que José tenga que decir se lo dirá ante el toro en la arena. Bienvenido, maestro.
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