En Pamplona dicen que el negocio sufre y pierde siempre que San Fermín cae en lunes. Como este año. Los hoteles, los bares, las terrazas, los feriantes y los restaurantes. Todos se quejan. Los últimos fueron, además, unos sanfermines frescos y desapacibles.
Los únicos que no se han quejado ni en privado ni en público han sido los de la Casa de Misericordia. La empresa, digamos. Y eso que, si San Fermín es lunes, la Feria del Toro solo dispone de un fin de semana y no dos. Se pierde el aluvión habitual de los viernes y los sábados. Se queda colgando un día suelto: el otro lunes, el último, el del Pobre de mí. ¿Y entonces? Hay que saber cerrar carteles en función de la fecha y cuadrar presupuestos. Ser hormigas y no cigarras. Pensar.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1926
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