Homenaje

Bodas de Oro para un maestro del toreo, Luis Parra Jerezano

Se celebra el cincuenta aniversario de su alternativa
Luis Rivas
martes 13 de mayo de 2014

GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL HOMENAJE

Hay veces en la vida que no se encuentra la palabra justa para expresar lo que llevamos dentro, porque entra de lleno en los vientos de la emoción. Son los retratos  del tiempo y de las cosas. Recordar es volver a vivir. El mundo del toro es diferente a otros. Se pone de manifiesto los valores propios de quienes se juegan la vida. Por ello nada sorprende que hasta 17 matadores de toros, rejoneadores, ganaderos, banderilleros, picadores, concejales, periodistas, cientos de aficionados… dieran calor al maestro Luis Parra Jerezano al cumplirse el cincuentenario de su alternativa en la plaza de toros de su tierra, de manos de Miguel Báez Litri y Joselito Huerta, ante toros de Fermín Bohórquez.

La Bodega González Byass, digna anfitriona,  fue testigo mudo de un justo y multitudinario homenaje a un hombre que desde su nacimiento llevaba en las entrañas de su ser el toreo, al calor de las bulerías, soleares, tientos, alegrías y que luego supo expresarlo en ruedos de España, Francia, Portugal, y en países de habla hispana, principalmente en México, Colombia y Venezuela, entre otras.

Todas las memorias están llenas de fotografías como una encarnación de los recuerdos. La cuidada proyección fue precedida de unas sentidas palabras del concejal del ayuntamiento de Jerez, Javier Durá, que transmitió la felicitación institucional; y de Pepe Belmonte, quien esbozó la vinculación de Luis con su familia. Jerónimo Roldán, presentador y organizador del acto, junto a un reducido grupo de buenos aficionados y amigos, abrió el álbum sentimental a través de un puñado de testimonios de su fecunda carrera.

Como telón de fondo la fusión del cante y la poesía en las voces flamencas de  Manolo Simón y Antonio Puerta, la  bella glosa de Antonio Murciano,  el pasadoble dedicado al maestro homenajeado interpretado por la fenomenal Banda Acordes de Jerez, dirigida por Domingo García, sirvieron para calentar más el ambiente, que se encargaron de mantener el rejoneador y ganadero Álvaro Domecq,  sus compañeros de carteles muchos años Limeño, Emilio Oliva, Galloso y Ruiz Miguel, que estaban en la mesa presidencial. En sus distintas intervenciones manifestaron  el reflejo de una vida torera plena en el sentido más hondo y más completa de esta palabra, sin olvidar los comportamientos generosos con  su familia y las actitudes nobles con sus compañeros  y amigos. Tuvo un recuerdo para cinco personas que no pudieron acompañarle en este acontecimiento: el maestro Rafael Ortega -con quien estuvo de profesor en la extinta escuela taurina de la diputación provincial de Cádiz, José Gónzalez Copano, Juanito Sánchez, Morenito de Jerez y su antiguo apoderado Paco Ortega.

Luis Parra, siempre apoyando sus vivencias en sus experiencias hondas del sacrificio, la honradez, la entrega cada tarde en los ruedos, hizo disfrutar de su profesión y al público que acudió a verle. Demostró que es poseedor de una filosofía personal y humilde que ha servido generosamente a cuantos le ofrecieron su amistad.

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