El Juli y Manuel Jesús "El Cid" lograron dos orejas cada uno y abrieron la puerta grande de la Santamaría en un festejo en el que confirmó alternativa, Santiago Naranjo.
El Juli y El Cid fueron los grandes triunfadores del último festejo de la temporada grande en la Santamaría de Bogotá y abrieron la puerta grande en un espectáculo en el que también confirmó alternativa con éxito Santiago Naranjo y que sirvió para poner punto y final a la temporada en territorio colombiano.
El público acudió en masa al coso bogotano, lleno hasta la bandera para la ocasión, y disfrutó con las faenas de una terna que se enfrentó a un encierro de César Rincón, perteneciente a la ganadería de Las Ventas del Espíritu Santo, impecable de presentación y de perfecta crianza.
Confirmó el colombiano Santiago Naranjo, que cumplía su cuarta corrida como matador de toros, con un toro bravo, complicado y difícil, que además desarrolló sentido por el pitón izquierdo. Valiente y entregado, llegó mucho al toro y terminó metiéndolo en la muleta. La gente, que comprendió el esfuerzo del joven espada, le premió con una oreja. En su segundo, un toro noble y con transmisión, anduvo dispuesto y con personalidad. Si acierta a espadas habría cortado otra oreja. Dio una vuelta al ruedo bajo una salva de aplausos.
El Juli lidió tres toros, incluyendo un séptimo de regalo de la misma ganadería. En su primero cortó una oreja con mucha fuerza. El toro, con cualidades y defectos, sacó más calidad por el pitón derecho, ya que por el izquierdo embestía a media altura. No se le podía obligar porque se podía rajar, tal y como ocurrió al final. Lo entendió a la perfección con esa cabeza privilegiada que tiene. En el cuarto del festejo, toro bajito de casta y de corta embestida por los dos pitones, escuchó palmas a la buena voluntad. El último duró poco y manseó pero se dejó bastante y permitió al madrileño arrimarse y justificar el regalo. Cortó una oreja que le sirvió de billete para abrir la puerta grande.
El Cid estuvo digno y por encima de las condiciones de su primero, un toro muy serio que se quedaba corto por los dos pitones y sacó mucho sentido. La gente guardó un respetuoso silencio a la muerte del ejemplar. En el quinto, un animal importante, bravo, con transmisión, sobre todo pitón derecho, cortó dos orejas. Lo de Manuel Jesús "El Cid", que llegó a la Santamaría por la vía de la sustitución, merece capítulo aparte. Todos los trofeos irán a parar a sus manos. Sólido, dispuesto, profesional y apostando siempre por la línea más clásica del toreo, El Cid convenció a todos y ya ha inscrito su nombre para la próxima temporada.
Bogotá (Colombia). Toros de Las Ventas del Espíritu Santo, bien presentados y de juego desigual. Se dejaron más, por este orden, 7º, 5º y 1º. EL JULI: Oreja, palmas y oreja; EL CID: Silencio y dos orejas; SANTIAGO NARANJO: Oreja y vuelta al ruedo. Entrada: Lleno de "No hay billetes".
(Foto: Luis Ramírez)
