El 28 de junio de 1967 se inauguraba la feria de Burgos y con ella la nueva plaza de toros construida en los terrenos de El Plantío. El coso registró un lleno imponente de 12.200 espectadores para presenciar un cartel compuesto por Jaime Ostos, El Cordobés y Tinín, que se enfrentaron a cinco toros de Pío Tabernero y uno de Los Campillones. Manuel Benítez cortó cuatro orejas y dos rabos.
Era miércoles y se palpaba un ambiente especial. No en vano, la plaza se llenó hasta la bandera e incluso hubo gente que se quedó en las afueras sin poder conseguir una entrada. El corresponsal de El Ruedo Fernando del Rivero describía así el nuevo coso en el citado semanario: “Hermosa plaza, sí, sobre todo por dentro. Un verdadero monumento arquitectónico. El interior abruma un poco, con capacidad para 12.200 almas. Igual de luz que la otra de la avenida del Cid. Los toriles en el sol… Extrañamos la nueva plaza de toros, como esos que extrañan la cama que no es suya. Los toreros pronto se acostumbraron a torear en los terrenos del 1 y del 2, el sitio ideal. El lleno, imponente; mucha gente se quedó sin entradas”.
En cuanto a los toreros, Jaime Ostos cortó una oreja del cuarto. El ecijano brindó su primer toro al alcalde de la ciudad, Fernando Dancausa. Tinín cortó dos orejas del sexto tras una faena elegante, pero el triunfador indiscutible con cuatro orejas y dos rabos fue Manuel Benítez “El Cordobés”.
“El Cordobés se ganó pronto al público burgalés, que es de los que creen cuando ven. Resulta pronto interesante por su estilo y una personalidad destacada. Toreó muy bien en varios momentos, con la capa o en los pases de muleta. Tiene, repetimos, personalidad, pero no prefabricada, sino sincera, natural. En la tarde de inaugurar la plaza nos gustó el torero de Córdoba en sus dos faenas. Es evidente que el popular diestro complace al público, por su entrega y por su valor”.
