Jerez no es Madrid, Jerez no necesita toros mastodónticos, pero siempre fue una plaza de toros bien hechos y de agradable presentación, nunca de gato por liebre, novillotes por toros.
Este año la empresa que dirige los destinos de la plaza de toros de Jerez ha aunado en la Feria lo que fueron creaciones de la Empresa Belmonte. En los sesenta y setenta se crearon en la capital del vino, por obra y gracia de José Belmonte, tres modalidades de corridas. La Concurso de Ganaderías (nacida por falta de toros para componer una corrida en la Feria de Septiembre), la del Arte del Toreo (con tres toreros artistas) y la del Arte del Rejoneo (el caballo y los caballeros rejoneadores). Se celebraban durante el año y la actual empresa ha tenido la buena idea y el detalle de aunar en la Feria las tres modalidades pero… con cal y arena en su resultado final. Lo bueno llega en la resurrección de la Concurso. Un toro de Jandilla, Guajiro se alzó con el Catavino de Oro por su bravura sin igual y por si fuera poco, algunos toros (lease Santiago Domecq y Fuente Ymbro) dieron gran juego resultando la corrida un éxito. Se ve que los ganaderos de la tierra (todos encaste Domecq) se esmeraron y contribuyeron con toros de gran presentación y mejor juego.
Pero la arena (¿la arena es lo malo no?) fue que el día de la que podríamos llamar del Arte con el mano a mano Morante–Manzanares, saltaron al ruedo toros de Juan Pedro Domecq de una presentación paupérrima, ridícula, todos anovillados, con caras lavadas y recién peinadas… y eso ni debió permitirlo la empresa, ni el público tragar con sus nulas protestas y sobre todo los toreros que no debieron aceptar torear con semejante ganado. Fue buena la corrida, muy noble pero impresentable. Lo peor es que se rechazaron unos cuantos toros en el reconocimiento… ¡cómo serían!. Jerez no es Madrid, Jerez no necesita toros mastodónticos, pero siempre fue una plaza de toros bien hechos y de agradable presentación, nunca de gato por liebre, novillotes por toros. Dios sabe que no quiero un toro grande pero lo de Jerez es grave… o grava… o la arena de una Feria magníficamente planteada.