Las noticias sobre la disolución del G10 parecen una invitación al reproche o al sacar pecho, al ya lo dije yo… No conviene, por muy fácil que sea tirar de hemeroteca o por mucho que el prurito de periodista invite al cacareo, no le conviene al toreo en estos momentos. Así que vaya con Dios, al proyecto me refiero y tanta gloria se lleven para sus egos como paz dejan los ideólogos. Eligieron mal momento simplemente y sobre todo quisieron disfrazar lo que eran intereses personales con el bien general o así terminó y esas fórmulas siempre acaban dejando ver el cartón de la realidad. Tampoco es tiempo para venganzas. Ahora, simplemente, hay que cambiar el tercio, que toquen a concordia. Eso sí conviene. Hay tajo, la corrida que viene con el nuevo año es dura, el marrajo de la crisis, el garabito de los anti, esa administración zapatillera, una clientela reservona… esa lidia pide temple y seguridad, ni mucho látigo para no asustar ni mucha seda para que no se nos monten encima. Así que se hace más necesaria que nunca la buena intención de los hombres de buena intención del toro, que los hay, urge acierto en la estrategia, renuncia de privilegios y trabajo, mucho trabajo. En ese sentido el viaje y la gestión de Bogotá fue un acierto y seguro que no será lo único que haya que aplaudir.
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