La Fundación Cajasol colgó el cartel de “no hay billetes” para escuchar a Paco Camino, una de las grandes figuras del toreo de los años 60 y 70. El torero sevillano repasó su vida y trayectoria profesional en los clásicos “Mano a mano” de esta fundación, junto a Carlos Abella y José Enrique Moreno, que fue el encargado de conducir el acto.
Paco Camino no tuvo inconveniente en hablar de otros compañeros de su época, destacando su admiración por Antonio Ordóñez. “En los toros –dijo el maestro- hay que fijarse en todos y yo me fijé en Ordóñez, le admiraba desde chico”. También habló de otros toreros contemporáneos, como fueron su amigo Diego Puerta, de quien dijo “se te subía encima y te pegaba un bocado en la oreja”; de El Viti que “era una persona muy seria y con mucha clase”. A El Cordobés se refirió del siguiente modo: “Era un tío fuera de lo normal, no había quien pudiera con él. Te gustaría más o menos, pero el tío estaba ahí todos los días”.
En aquella época, las figuras del toreo como Camino toreaban asiduamente y aun así hubo quien criticaba que no entrenaba lo suficiente, “cómo iba a entrenar si tenía una corrida cada tres días. Era otra época, ahora se entrena demasiado, incluso se preparan como si fueran a ser boxeadores”.
Madrid para Camino “fue especial, era donde se hacía y se ganaba mucho dinero. Era la reconfirmación de un torero”. Y estableció una comparación: “En Madrid me sentía más relajado, pero cuando venía a Sevilla me ponía muy tenso, era mi pueblo y venía forzado”. De forma distendida, bromeó sobre este tema contando que “solía cambiar a los toros con un solo puyazo para que no me hicieran el quite, por eso no quería venir, porque en Sevilla había que darle tres puyazos al toro”.
Se analizó el toreo de Paco Camino, en especial su chicuelina y el temple, “no acostumbraba a hacer la chicuelina, me daba mucho miedo en perderle la cara al toro. Pero en Madrid en una corrida de Galache alternando con El Viti y Ostos, el toro fue tan bueno y me salió tan bien que ahí aprendí a hacer la chicuelina. Se me quedaba muy corto el toro, porque siempre lo llevaba muy toreado y tenía que perderle tres pasos para darle la siguiente. Gustó tanto que la gente la pedía y había que hacerlo”, sentenció.
Echando la vista atrás, Camino comentó: “Recuerdo más de cuando era chiquitillo que de cuando era matador de toros. Mi vida iba muy rápida y ahora que estoy más tranquilo me doy cuenta de lo que he sufrido y de donde he llegado”.
Muchos recuerdos y emociones en una noche que levantó gran expectación y congregó a numerosos aficionados de postín y representantes del mundo del toro, entre ellos dos toreros de Sevilla que fueron a escuchar a Camino: Pepe Luis Vázquez y Morante de la Puebla.
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Camino: “Los toreros de ahora se preparan como boxeadores”
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