La atracción del toro de Santacoloma es mucho más que sus singularidades morfológicas o las reglas que impone en la plaza. Su viva expresión, su mirada tan atrayente y el misterio mismo de su bravura le hacen poseer un carácter y una distinción que conoce muy bien Lucas Carrasco, propietario de la Ganadería de Ana Romero. Desde hace más de medio siglo permanecen fieles a este toro tan distinto. Las leyes que les enseñó Joaquín Buendía continúan inalterables en esta casa. Con 115 vacas madre, Ana Romero gana la batalla al tiempo, supera las modas. Ejercicio de libertad. De pasión por un toro surgido de una alquimia perfecta: Ibarra y Saltillo.
- “Nuestro toro es más bien terciado, pero no por eso deja de tener trapío. Es bajo de manos, con cuello y una mirada tan viva que impresiona. Tiene carácter y misterio”
- “Ibarra te ofrece mucha nobleza y hace que la embestida este capitaneada por la clase, mientras que Saltillo da la potencia, la raza y la capacidad de humillación. Esa alquimia forma la bravura enclasada, que es realmente lo difícil de conseguir”
- “Otros encastes se han tenido que ir adaptando a los gustos, pero la esencia de Santacoloma permanece inalterable con respecto a los años 60 ó 70”
(Foto: Arjona)
