La novillera Carla Otero ha recibido esta tarde el alta y ha abandonado el Hospital Universitario de Guadalajara tras permanecer ingresada en planta dos semanas a consecuencia del grave percance que sufrió el pasado 5 de septiembre en la plaza de toros de El Casar. Una cornada de tres trayectorias de 20, 15 y 12 centímetros que le desgarró levemente la safena y que le ocasionó también un esguince de tobillo y daños en el nervio ciático y por la que, como ya adelantó este medio, tuvo que pasar por segunda vez por quirófano a consecuencia de un trombo.
La propia novillera ha explicado a Aplausos que se encuentra “bien” aunque la recuperación que aún tiene por delante “será larga”, declara y añade: “No se sabe si dos o tres meses. Habrá que esperar la evolución. Los médicos no se han pronunciado con exactitud al respecto”.
Carla Otero ha iniciado en el mismo hospital la rehabilitación del tobillo, que continuará en los próximos días al tratarse de “un tema de fibras, que se tienen que regenerar”.
La novillera resultó cogida hace dos semanas en El Casar siendo arrollada y prendida en el muslo por un novillo de Los Chospes, que le infirió una cornada de tres trayectorias, la más extensa de 20, además de un esguince de tobillo y daños en el nervio ciático, que le provocaron la pérdida de la sensibilidad en el pie, como ya adelantó Aplausos. Aunque aún le espera una recuperación larga, tras recuperar la sensibilidad y abandonar el hospital, Otero comienza a ver la luz al final de túnel. Fuerza, Carla.
