Intolerancia es la marranada que le han hecho a la estatua de Ponce como antes se la hicieron a las de otros grandes. Ahí queda la denuncia aun con la duda de estar haciéndole un favor a los cerriles.
No les había hablado antes de esa marranada que le han hecho a la estatua de Ponce en su pueblo porque no tengo claro si haciéndolo, llevando el cerrilismo a los medios, les estamos haciendo un favor a esos cerriles necesitados de visibilidad. Y, aunque finalmente he acabado escribiendo, sigo sin tenerlo claro. La reflexión sirve para este caso y para otros muchos, Curro, Montoliu, Nimeño…, también lo sufrieron. No ofende quien quiere sino quien puede y esos no pueden ofendernos; es más, cuanto más actúan más honorable me siento en el bando contrario a su tribu. Tampoco parece nada claro que si publicitando esas acciones no estemos hinchando el globo de la desafección social. Si la sociedad se habitúa a ese ambiente anti lo acabará viendo como lógico, natural y hasta razonable. Cuanto más se prodigue y más se propague, más pensarán que hemos perdido la batalla. En cualquier caso aquí queda nuestra repulsa a tan execrable e incívico acto. Ni Ponce, que puso a su pueblo en el mapa, ni su pueblo se merecen gente así.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2050
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2050 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2050 para Android