Castaño, del triunfo al hule en Las Ventas

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Las Ventas. Domingo, 23 de marzo de 2025

La temporada de Madrid arrancó con un entradón. Sonó por primera vez el pasodoble Gallito en el paseíllo tras la petición de numerosos aficionados.

El primer toro de Adolfo Martín, Pastelero de nombre, fue un toro muy serio con una viva salida. Acorraló en tablas a Rafael de Julia por su corto recorrido. Raúl Ruiz tomó las riendas bregando con el de Adolfo con solvencia. Ya denotó falta de fuerza el cinqueño. Rafael de Julia enseñó la falta de recorrido y fuerza del toro, sin darse coba se fue a por la espada. Hasta seis intentos hasta terminar con el oponente.

Lo mejor que tenía el cuarto era el nombre: Chaparrito. Recordaba viejas glorias del hierro de Adolfo Martín en esta plaza. Rafael de Julia volvió a desinhibirse de la lidia. Gómez Escorial y Raúl Ruiz se hicieron cargo. Con al muleta ni se vio el toro, se cayó De Julia en uno de los primeros muletazos del trasteo y pareció tener problemas físicos para levantarse. Cogió directamente la espada de matar montándose una fuerte bronca. Ocho intentonas con el estoque y varios descabellos.

El segundo fue veleto y altote. Apretó mucho de salida pero Damián Castaño le dio los adentros hasta llevarlo a los medios. El toro se empleó en el caballo. En la muleta resultó muy exigente pero con un fondo de importancia. Castaño le dio sitio entre los muletazos para aprovechar la inercia. Le ayudó a romper. Cada primer muletazo fue un examen de valor por su seca embestida. Después se reducía en viajes de tremenda profundidad. Castaño alcanzó buen nivel en momentos de la faena por los dos pitones aunque quedaron para el recuerdo dos naturales extraordinarios. No le permitió relajarse como quería remontándose entonces el toro. La oreja hubiera premiado con justicia una notable faena que se diluyó por un pinchazo y una estocada rinconcera.

El quinto de la tarde tenía dos velas por delante, enseñando las palas. Un toro muy ofensivo. Damián Castaño se fajó con él en un toma y daca de máxima tensión debido a la falta de humillación del toro y a la tendencia a colarse. Castaño se puso siempre como si fuera bueno, con la montera calada y el pecho por delante, hasta que con la izquierda se lo echó a los lomos. Mucho mérito del salmantino que fue todo tesón en una faena de asfixiante riesgo. De Julia lo mató como pudo.

El tercero fue el más vareado de los lidiados hasta el momento. Se tapaba por la cara. Adrián de Torres había dejado su carta de presentación en dos chicuelinas muy ceñidas en el toro anterior. El que le tocó en suerte resultó poco humillador desde salida. En la muleta se sumó el corto recorrido. Faena de paciencia, de sobarlo en la muleta, de tragarle. En un traspiés cayó en la cara del toro pero afortunadamente no hizo por él. Estocada defectuosa.

El sexto fue muy hondo y amplio, con dos garfios en sus defensas aunque bajo. Un toro con aparente fiereza que se fue diluyendo en la lidia hasta llegar sin fondo ni poder al tercio de muleta. Adrián de Torres, siempre muy asentado, se empeñó en el poder y el toro se vino abajo sin remedio. No tuvo fuelle para romper hacia delante. No lo vio con la espada.

Madrid. Domingo, 23 de marzo de 2025. Toros de Adolfo Martin. Cinqueños, de excelente presentación. Al conjunto le faltó poder y casta. Destacó la profundidad del segundo. El más complicado fue el quinto. Rafael de Julia, leves pitos y bronca tras aviso; Damián Castaño, ovación con saludos tras aviso y ovación saludos que recogió la cuadrilla; y Adrián de Torres, silencio tras aviso y silencio tras aviso. Entrada: 13.881 espectadores. Juan Sierra e Iván García saludaron sendas ovaciones tras los tercios de banderillas del quinto y sexto toro, respectivamente.