CORRIDAS GENERALES

Castaño, Dolores Aguirre y Bilbao, un tridente infalible

José Ignacio Galcerá
martes 19 de agosto de 2025
El salmantino pasea una oreja de un encastado toro, Yegüizo de nombre, premiado con la vuelta al ruedo, y renueva el idilio con esta plaza y esta ganadería por cuarto año consecutivo

La primera corrida de toros del abono empezó y acabó en el primer toro. Fue el capítulo más emocionante de una tarde que no se sustentó desde esa intensidad inicial y que acabó desvaneciéndose entre una corrida demasiado reservona y mansurrona, y para la que solo se entendieron algunas ovaciones en el arrastre a varios toros y los aplausos finales a la ganadera por el orgullo patrio y el recuerdo de las dos corridas precedentes en esta plaza. Ese primer toro, a la postre el mejor, sirvió para constatar que el idilio entre Dolores Aguirre, Damián Castaño y Bilbao continúa vigente. No hay duda de que el salmantino le tiene cogida la medida a la ganadería. Cortó una oreja merced a resistir los envites que le planteó el toro y se llevó de nuevo, como las dos últimas temporadas, el cariño de Vista Alegre.

La tarde comenzó con la viveza de un primer toro colorado que se encontró a Damián Castaño, el torero de la casa y quien más y mejor ha entendido a esta ganadería en las últimas temporadas. El salmantino, conocedor a la perfección del toro de Dolores Aguirre, lo midió en tres puyazos en los que cumplió el toro. La faena, brindada a Manolo Sánchez, contó con la generosidad del torero, que lució al toro con el riesgo de que se acabara tomando partido por el doloresaguirre y no por los méritos de un Castaño que le dio amplia distancia, ligó las tandas, sobre todo a derechas, y aguantó con firmeza un pulso nada fácil. En el ambiente quedó la sensación de una faena seria, la seriedad que da la casta del toro. A partir del quinto muletazo, pesaba el dolores una tonelada. Hubo emoción por encima de todo. Lo mató de una estocada entera. Cayó la primera oreja que Castaño paseó tras la exigente prueba. Para el toro asomó el pañuelo azul casi cuando estaba en el desolladero.

Con la montera calada, en los medios, Damián Castaño aplicó de nuevo la fórmula de la larga distancia frente al cuarto. Antes lo quiso lucir hasta en tres puyazos cuando el toro cumplió sin más. Con el monumental dolores arrancándose de lejos y el salmantino ligando dos series a derechas, entró el público en la faena. Esas primeras tandas iniciales necesariamente tuvieron que ser breves porque al torazo le costaba repetir los esfuerzos a partir del cuarto muletazo. La faena se quedó en un punto medio, sin romper, como el toro, que se quedaba debajo, ya sin pasar. Del segundo intento con la espada salió Castaño muy dolorido de la muñeca derecha. Dobló el toro sin tener que utilizar el descabello y el salmantino saludó una ovación con la mano izquierda camino de la enfermería.

El segundo puso en no pocas complicaciones a Juan Carlos García en la brega. Se le coló hasta dos veces. Apretaba el toro para los adentros. Antes de pedir permiso Juan Leal a la presidencia, se le vino el toro buscando de nuevo esos terrenos. Ahí planteó el francés una faena muy dispuesta frente a un toro reservón, que se guardó lo que tenía dentro. Sobre la quietud, le robó dos series que parecieron un milagro ante la mansa condición. Tuvo mérito el francés, se la jugó, en ocasiones, las más, atropellando la razón. Luego, tras una primera estocada muy defectuosa, se ofuscó con el descabello con el toro barbeando tablas.

A portagayola se fue Juan Leal en el quinto. Le pegó la larga con el toro pasando casi dormido. Aguantó bien el francés. Esto fue quizá lo más relevante de una actuación en la que el francés alargó en exceso una faena intrascendente frente a un toro que solo hizo que defenderse. Con el descabello volvió a ofuscarse. No se entendieron las palmas en el arrastre para el toro. Ni tampoco el excesivo rigor con el torero.

Jesús Enrique Colombo se recuperó en tiempo récord de una fractura en el antebrazo izquierdo para debutar en Bilbao. Y en tiempo récord fue la faena. No tanto la premiosa lidia ni el tercio de banderillas. No se confió con la muleta frente a un toro desaborido y que acabó lastimándose la mano izquierda apenas en la tercera serie. Ahí acabó todo.

Un grito recriminatorio desde el tendido hizo descararse a Jesús Enrique Colombo y pareció poder despertar hasta ese momento una actuación empeñosa pero de ideas poco claras para justificarse frente a un sexto mansurrón y rajado prácticamente a las primeras de cambio. En un arreón defensivo del toro con la estocada en lo alto le alcanzó el brazo lesionado.

Bilbao. Martes, 19 de agosto de 2025. Toros de Dolores Aguirre, muy bien presentados, segundo, cuarto y sexto, aplaudidos de salida. De deslucido juego salvo el encastado primero, Yegüizo, número 29, colorado listón ojo de perdiz y bociclaro, de 548 kilos, nacido en 03/21, premiado con la vuelta al ruedo. Damián Castaño, oreja y ovación con saludos; Juan Leal, silencio tras dos avisos y leves pitos; y Jesús Enrique Colombo, silencio en ambos. Entrada: Un cuarto de plaza.

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