Sebastián Castella se fue por su propio pie a la enfermería tras ser cogido muy feamente por el segundo de toro de Álvaro Núñez al instrumentar unas bernadinas. Tras rehacerse del feo percance, y con el rostro ensangrentado en la parte superior del pómulo derecho, el francés continuó su labor hasta lograr cortar una oreja al astado.