Castellón paladeó el toreo de sabor añejo de Juan Ortega, que abrió la puerta grande. El sevillano toreó con suma despaciosidad y, un año más, dejó en esta plaza una faena para el recuerdo, llena de ricos matices solo al alcance de un torero de esta categoría, tan distinto como genial. La galería completa del festejo, en el objetivo de Vicente Canelles.