El extremeño realizó una labor muy variada y personal a su primero que no remató con la espada. Antes Humberto Flores paseó la única oreja del cuarto festejo de la Temporada Grande mexicana. Mario Aguilar, sin suerte, se fue de vacío.
Talavante: “Es un privilegio soñar el toreo en esta plaza”
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Alejandro Talavante se topó con una animal noble aunque con las fuerzas justas. El extremeño inició la faena con un pase cambiado para ligar una serie de muletazos en redondo. Lo mejor llegó con la mano izquierda firmando vario naturales de mucha despaciosidad y hondura. Faena variada, con un sello muy particular que abrochó con cambios de mano, "arruzinas" y manoletinas pero que no remató con la espada. A su segundo, también lo entendió Talavante sobre todo al natural y firmando un final de faena muy templado destacando varios cambios de mano. Volvió a fallar con la espada.
Abrió plaza Humberto Flores que sorteó en primer lugar un toro manejable de Julián Hamdán. El mexicano realizó una faena de menos a más que coronó de gran estocada para pasear la primera oreja de la tarde. Con el cuarto, arrancó bien la faena pero sin embargo se fue diluyendo ante un público que acabó tomando partido por el toro.
Mario Aguilar no tuvo opciones con un ejemplar que pronto se acabó. El de Aguascalientes lo intentó pero si éxito ante un toro que se quedó sin motor. Con el sexto se templó por momentos, sobre todo por el pitón derecho.
México. Toros de Julián Hamdán, nobles y manejables. HUMBERTO FLORES: Oreja y silencio; ALEJANDRO TALAVANTE: Vuelta al ruedo y ovación tras aviso; MARIO AGUILAR: Silencio silencio. Entrada: 7.000 espectadores.
(Foto: Tadeo Alcina)
