(Foto: Matías)
Cayetano Rivera Ordóñez salió a hombros la tarde de su debut en el bicentenario coso de Acho. Lo hizo tras desorejar por partida doble al toro que cerró plaza, un bonito colorado chorreado que se dejó algo más que sus hermanos y que tuvo delante a un torero arrebatador, valiente, dispuesto y enormemente decidido a levantar una tarde que, hasta ese momento, apenas contó con pasajes de interés. El menor de los Rivera Ordóñez lo dio todo y, a pesar de una primera entrada a matar en la que resbaló el acero por el lomo del toro, paseó el doble trofeo tras una gran estocada cobrada al segundo intento. Su primero duró un suspiró y, además, se lesionó una pezuña por lo que tuvo que abreviar.
Hasta la mitad del festejo, lo más destacado corrió a cargo de Miguel Ángel Perera. El extremeño emborronó con la espada una notable faena, presidida por la firmeza de plantas y la templanza de la muleta de Miguel Ángel, que sacó lo poco que tuvo el manso ejemplar de La Ahumada. Su segundo también se lesionó una mano y poco le dejó hacer. Morante de la Puebla tampoco pudo explayarse en la lidia del que abrió plaza, un animal que se vino pronto abajo y con el que apenas pudo dejar esbozos de su torería. El cuarto, que lesionó el tobillo izquierdo del banderillero Rafael Cuesta, fue otro manso que impidió el lucimiento. Lima (Perú), 21 de noviembre. Tercera de abono. Toros de La Ahumada, mansos y faltos de raza y casta en general. El 6º se dejó algo más. MORANTE DE LA PUEBLA: Silencio en ambos; MIGUEL ÁNGEL PERERA: Silencio en los dos; CAYETANO: Silencio y dos orejas. El banderillero Rafael Cuesta, de la cuadrilla de Morante, fue atendido en la enfermería de una luxo-fractura del tobillo izquierdo.
