No es un error, es la pura realidad, el próximo domingo, festividad de la Virgen de los Desamparados, a las doce horas, en la plaza de Valencia, reapertura y cierre, solidaridad y decepción, gozos y sombras. De una parte, convoca el toreo desde su faceta más solidaria, dar visibilidad y apoyar a las víctimas de la DANA; y por otra, ahí radica lo sorprendente del caso, se clausurará la temporada cuando está naciendo el mes de mayo. Un cierre, impuesto por las exigencias protocolarias de seguridad en las acciones de mantenimiento que se van a afrontar en tan singular monumento.
Quienes se han comprometido en la organización, con José María Manzanares al frente, han querido que el cartel lo compongan espadas de la Comunidad Valenciana. Lo lidera la gran figura que es, que ha sido y que quedará para siempre en el imaginario popular de toda la afición a los toros, Enrique Ponce. Ya retirado para disfrutar de toda la gloria que supo conquistar en sus más de tres décadas en los ruedos, vuelve al escenario de su adiós, y lo hace coincidiendo en el cartel, con un alumno paisano suyo de Chiva, Simón Andreu, que ve así colmado su deseo de torear con quien ha sido su ídolo y ejemplo.
Vicente Barrera es otra de las figuras valencianas que han dejado huella en los anales de la tauromaquia y que volverá a hacer el paseíllo en tan señalada fecha. Después de impresionar en su época de novillero supo mantenerse en los carteles de postín hasta que consideró que había colmado el mandato de la sangre heredada de su abuelo el gran Vicente Barrera Cambra. El cuarteto de espadas de alternativa lo cierra Román, quien acaba de triunfar en Sevilla y que en estos momentos luce el cetro del toreo capitalino.
El toreo popular no podía faltar y serán los recortadores Josepa, Hernándiz, Alegre y Noel Ribera, ante un toro de Adolfo Martín, quienes pondrán broche a tan singular cierre de temporada. Tan poco debe faltar la afición ante tan noble reclamo.
