En la Serranía de Aracena, a 57 kilómetros de Sevilla, podemos contemplar la bonita plaza de El Castillo de las Guardas. Su encanto se debe en gran medida al tendido que bordea sólo medio redondel. El resto del perímetro, está cercado por una valla de piedra que nos invita a contemplar un paisaje de blancas fachadas y de un horizonte perdido entre los montes.
La plaza data de 1861 y fue reformada en 2006 para mejorar el estado de las gradas y construir un callejón de piedra maciza
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS