Yo espero que hayan disfrutado las fiestas, que se hayan distendido los enfrentamientos, que el año nuevo nos ilumine el cerebro, que en lugar de deshacer, hilemos, que echen las armas al fuego fatuo de las discrepancias, que año nuevo sea algo más que doblar la esquina del calendario, que esta familia taurina siente la cabeza y que se quite las gafas de ciego y las cambien por prismáticos de largo alcance. Espero que el mañana no sea un día menos sino el principio de tiempos mejores y me voy a colocar en la rampa de lanzamiento de la ilusión, de la fe en el prójimo, de la esperanza en los semejantes llamados taurinos y que abandonemos este infierno de la insensatez lo menos chamuscados posibles.
