TAL DÍA ESTA SEMANA... 14 DE MARZO DE 1982

Cuatro décadas de sorismo: el día que Valencia encontró a su torero

Alfonso Ávila
lunes 14 de marzo de 2022
Se cumplen cuarenta años de la alternativa de Vicente Ruiz “El Soro” en su Valencia natal; su aparición supuso un revulsivo para la ciudad, que encontró por fin un torero que recogiera el testigo de Manuel Granero y Vicente Barrera

Con cartel de “No hay billetes” se celebró la primera corrida de abono de la Feria de Fallas de Valencia. Se lidiaron seis toros de Álvaro Domecq, bien presentados, hermosos, astifinos y con buenas hechuras. De juego desigual, destacó el lidiado en sexto lugar, una verdadera máquina de embestir  para soñar el toreo. Paco Camino, el padrino de la alternativa, fue ovacionado en sus dos toros y protagonizó un gran quite por chicuelinas que levantó clamores. Por su parte, Pepe Luis Vázquez, testigo de la ceremonia, apuntó detalles de su personal torería. Igualmente fue ovacionado. Pero la tarde fue de El Soro.

Lo cierto es que la expectación en la ciudad del Turia fue enorme. Tomaba la alternativa Vicente Ruiz “El Soro”, un chaval de Foyos que arrastraba a las masas en Valencia como lo hacía El Cordobés allá donde iba en los años sesenta. De hecho, hacía dieciocho años que no se acababan las dieciséis mil localidades de la plaza de toros de Valencia. El toricantano salió en olor de multitudes del hotel y durante el trayecto, efectuado con una clásica calesa valenciana, fue vitoreado y aclamado por sus paisanos.

A las cinco de la tarde, vestido con un precioso terno blanco y oro, inició el paseíllo entre Paco Camino y Pepe Luis Vázquez, los dos sevillanos que conformaban una auténtica terna de lujo.

Salvador Pascual, director del semanario Aplausos en aquel entonces, relataba la grandísima actuación del toricantano: “A las 17:15 horas, Paco Camino cedía los trastos de matar a El Soro en presencia de Pepe Luis Vázquez. El toro se llamaba Agraciado. Saltó al ruedo un espectador para recoger por un micrófono las palabras de Camino y el de Foyos, muy emocionado, brindó la muerte del toro a su padre con el que se fundió en un abrazo”.

Muletazos con mucho valor a un toro que se apagaba por momentos. Una estocada entera, una oreja y el delirio en la vuelta al ruedo recogiendo lechugas, naranjas, cuadros, palomas, guitarras y flores.

Tuvo la suerte de tocarle un sexto toro sencillamente excepcional, de esos toros que descubren a los malos toreros. El Soro lo aprovechó a la perfección. Toda la lidia de este toro transcurrió entre el delirio de un público en pie. Lo recibió con dos escalofriantes largas de rodillas y unas verónicas en los medios jugando bien los brazos. Chicuelinas ceñidísimas. Dos faroles de rodillas, media verónica y un recorte también de rodillas en un quite… La plaza era un manicomio. Camino y Pepe Luis se dieron cuenta de la gran calidad del toro y protagonizaron junto al de Foyos el momento cumbre de la tarde: un soberbio tercio de quites. Tres chicuelinas enormes de Paco Camino que tuvo que saludar montera en mano y unas verónicas cerradas con media destilando torería grande a cargo de Pepe Luis Vázquez.

El Soro pareó con espectacularidad antes de comenzar la faena en los medios con un angustioso pase cambiado. Con mucho valor y templando dio magníficos muletazos. Circulares empalmados (al terminar el pase volvía a comenzarlo en sentido contrario). Buenos pases de pecho y sobretodo transmitiendo mucho al tendido. Un pinchazo, media estocada, un descabello, dos orejas y el delirio. “Ha estado mucho mejor de lo que cabía suponer en un paso tan fuerte como es el del novillo al toro. Ha creado un ambiente taurino impresionante en Valencia”, escribió Salvador Pascual.

Valencia había encontrado a su torero.

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