A la vuelta de la esquina del año viejo hay una tienda para chinos. No de chinos. Para chinos. Atentos al matiz. Es cuesta arriba. En los números pares de esa calle donde se ubica la tienda sube la luz, el gas, los transportes y la barra de pan. La baguette ni les cuento. En los impares están los famosos números primos, es decir, la gente del toreo. A la que sales del diez por ciento que ya pagas de más por tener las posaderas calentitas y cruzas la calle, te encuentras con los discursos y posicionamientos de la clase política dominante sobre el toreo. Zapatero le dice a Carlos Herrera que él no habría prohibido los toros en Cataluña. El mozo de espadas de la banca, ese que dice que te da cuatrocientos euros pero te los quita dice sí pero no, no pero sí, más, pero, aunque, si no, sin embargo, no obstante. Herrera le hizo la prueba del polígrafo: me dice la hora presidente. Le contestó en catalán.
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