El premio a la resistencia es para Albacete. La única feria que le ha ganado la batalla a la crisis. Por tanto, ¿cuál es el remedio? El problema es que el remedio no es una cura de urgencia. El remedio es haber echado raíces durante muchos años con la seriedad del toro, del público, del palco y de las empresas. En Albacete hay y se fomenta la afición. Y el aficionado responde incluso en tiempos duros.
¿Se acuerdan cuando decían los taurinos: “en Albacete el toro es el doble que en Murcia; y el dinero la mitad”? Murcia era el paraíso y Albacete el infierno para algunos taurinos. Y ya lo ven, Murcia, a la que quiero y que tiene un empresario-dueño que es una excelente persona, se ha encogido como la ropa mala y se ha quedado en casi nada. Y Albacete, tan seca, tan certera en la seriedad, ahí está sin que la crisis la haya ni hundido, ni tocado, ni arañado. Es el premio a cumplir el primer mandamiento: primero el toro y luego todo lo demás.
